Cátedra, (16), pp. 30-37, agosto, 2019. ISSN 2415-2358

 

ENTREVISTA

HAITÍ: LA RADICALIZACIÓN DE LA LUCHA ES CADA VEZ MAYOR

Mario Xiques2

 

A Fernando Pita, In Memorian Miembro del Comité por el Retiro de las Tropas de Ocupación Argentinas de Haití

 

Las protestas se iniciaron el 7 de febrero, coincidiendo con el segundo aniversario de la llegada a la Presidencia de Jovenel Moïse. Las manifestaciones contra el Gobierno no son nuevas. A mediados del 2018 el primer ministro, Lafontant, debió renunciar luego del anuncio de aumentos de entre 37 y 50 % en los precios de los combustibles. Movilizaciones, protestas y bloqueos de calles fueron las respuestas inmediatas en las principales ciudades del país contra la medida dictada por el FMI.

 

Para analizar ambas situaciones entrevistamos a Henry Boisrolin del Comité Democrático Haitiano

 

M.H.: ¿Qué está pasando en Haití?

 

H.B.: En Haití en julio se desató una insurrección popular. La causa inmediata fue el aumento en el precio de los combustibles, pero la cosa es más seria y profunda. El sistema neocolonial impuesto hace más de cien años, desde la primera ocupación norteamericana de 1915 a 1934, impuso una estructura que colapsó a través del tiempo. Para poder contenerla recurrieron a dictaduras feroces como la de la familia Duvalier, golpes de Estado y hasta la ocupación del país. Sin embargo, el pueblo nunca ha dejado de luchar.

 

El empobrecimiento es extremo, hay un 70% de la población activa sin trabajo, un porcentaje de analfabetismo superior al 60/70%, una ocupación desde 2004 que introdujo el cólera y produjo más de 20.000 muertos, violaron a niñas de 12 años, las desigualdades sociales en vez de achicarse se ampliaron de manera realmente escalofriante, las condiciones de existencia de millones de seres humanos no solamente en el campo sino en las ciudades, son infrahumanas. Ese es el caldo que hay que ver.

 

 

 

Si bien el Presidente, que es ilegítimo, manipulador, dio marcha atrás al aumento, a la gente, a las organizaciones populares ya no les interesa eso, quieren que se vaya. Hay un punto de inflexión cuando el pueblo ocupa la calle.

 

Yo he vivido mucho tiempo allí, he visto muchas manifestaciones, pero las de julio del año pasado y las de febrero del corriente realmente entrarán en la historia del país. La respuesta popular fue contundente. Uno tiene que pensar en serio lo que está pasando, porque reducirlo a un problema solamente de aumento del combustible es un simplismo; hay que ver el tema de manera más amplia.

 

En julio hubo una primera victoria, porque no pudo seguir adelante con el aumento, pero el segundo reclamo del pueblo que fue la renuncia de Jovenel Moïse, no se llevó a cabo. Es la primera vez que salen del país miembros de la clase dominante de manera tan numerosa. El ex Presidente Martelly y su familia fueron los primeros en abandonarlo en un helicóptero de la República Dominicana que los fue a buscar.

 

Haití es un polvorín que explotó. Difícilmente se puede saber cómo va a terminar, lo que es seguro es que algo ha cambiado. La acumulación de todas las luchas que se vienen desarrollando llegó a un punto de inflexión en el enfrentamiento de clases y en el esquema de dominación. Entonces no se sabe si habrá un desembarco norteamericano, si el Presidente va a poder mantenerse, pero obviamente algún cambio tiene que hacer.

 

M.H.: Me impactó dentro de la información que recibí, sobre un manifestante que sostuvo que si la policía reprimía no tenían que olvidarse que tenían a sus familiares identificados e iban a ser reprimidos a su vez. Lo que habla de un grado de organización importante.

 

H.B.: Sí. Eso es así. Hay una radio en Haití que todas las noches emite consignas revolucionarias, diciéndole a la gente que hay que mantener las barricadas, que hay que cerrar el Parlamento, que no solamente el Presidente tiene que irse. Hay una situación explosiva. No sé si llamarla revolucionaria, pero sí explosiva. Lo que ocurrió fue una insurrección. Lo que dijiste de la policía es real y no lo dijo solo uno detrás de las barricadas, varios han expresado esto. La policía no es tonta, los agentes viven en los barrios populares entonces la gente los conoce. Lo que también es cierto que un enfrentamiento así puede desatar una guerra civil.

 

Hay problemas también entre los sectores dominantes, algunos aprovechan para eliminar a otros. Hay un dato, el gobierno sabiendo que al aumentar el precio de los combustibles podía ocurrir algo así, días antes fueron a barrios populares y distribuyeron 17 millones de gourdes (U$S 200.000), sin embargo eso no impidió que la gente saliera.

 

M.H.: ¿Cómo se llega a esta situación?

 

H.B.: No hay solución de ninguna naturaleza a los problemas acuciantes del pueblo. Por otro lado el empobrecimiento es cada vez mayor. En tercer lugar hay un despilfarro tremendo. Por ejemplo, con el tema de los fondos de Petrocaribe, casi 3.000 millones de dólares fueron despilfarrados durante el gobierno de Michel Martelly (2011-6) y cuando le

preguntaron qué pasó con ese dinero dijo que había construido hoteles Marriot, Oasis, etc. Esos son los hoteles que fueron atacados en julio, donde incendiaron autos que estaban afuera y destruyeron muchas cosas que estaban allí. Es una burla. Un Presidente que abandona el poder y reconoce que había comprado una casa por 9 millones de dólares y después dijo que el banco se los había prestado. Y es un ex Presidente que pide un helicóptero a República Dominicana para huir del país con su familia. Son todas esas cosas, un pueblo que vive en una miseria abyecta, con condiciones infrahumanas, siendo un pueblo con tradición de lucha.

 

No hay que olvidar que nosotros venimos de la gran revolución antiesclavista victoriosa a comienzos del siglo XIX, la única en la historia. Todas esas cosas están en una especie de ADN historico. ahora nos encotramos con un gobierno que fue "electo" por 400.000 votos sobre un padrón de 2.400.000 personas. A lo sumo podría ser legal pero nunca legítimo, pero sabemos que fueron elecciones manipuladas por la comunidad internacional y los sectores dominantes; entonces es obvio que el tipo no tiene ninguna base social capaz de defenderlo.


 
M.H.: ¿Cuál es la perspectiva? ¿Hacia dónde va esta situación?
 
de Haití, a quien tuve el honor de conocer, nos acompañó en varias oportunidades y lamento profundamente su fallecimiento. Saludar a ustedes, a sus familiares y expresarlo en nombre del pueblo haitiano porque es un compañero que demostró en los hechos que el espíritu solidario no era de palabra nada más.
Mucha gente está hoy preocupada por lo que pasa en Brasil respecto de Lula, yo también lo estoy, pero no hay esa misma preocupación generalizada respecto de lo que sucede en Haití. Sin ir más lejos hasta hace muy poco tiempo países latinoamericanos tenían tropas allá, que violaron niñas de 12 años, llevaron el cólera que mató a más de 20.000 personas, pero nadie se conmovió, nadie pidió perdón al pueblo haitiano. Nosotros en ese sentido agradecemos a gente como ustedes y aprovecho para rendir un gran homenaje al compañero Fernando Pita del Comité por el Retiro de las Tropas de Ocupación Argentinas
 
H.B.:
Son situaciones diferentes. Hasta ahora la historia ha demostrado que cada vez que el FMI intervino en un lugar fue para provocar mayores desastres. No conozco ningún caso distinto. Pero cada pueblo reacciona a su manera. Lo de Haití, como se encuentra en una situación límite, la reacción es mucho más violenta y fuerte. Y por tradición de lucha en Haití, pues venimos de una tradición antiesclavista y los esclavizados fueron los peores explotados de la tierra. Entonces para romper las cadenas de los pies y de las manos tuvieron que romper las cadenas de la mente, del corazón y de muchas otras cosas. Ellos saben que hay que enfrentar muchas cosas. Por ejemplo, vos siempre te preocupaste por la causa haitiana, pero ¿cuánta gente lo hace?, Haití es un país y un pueblo vistos como descartables, fallidos y vaya a saber cuántas otras cosas más y eso no lo piensa solamente la gente de la derecha, de la izquierda también.
 
M.H.:
Esto está provocado por un acuerdo con el FMI y se me ocurre relacionarlo con la situación de nuestro país, Argentina.
Haití es un país y un pueblo vistos como descartables, fallidos
 
Recuerdo que en el año 2003/4 se reunió la oposición para derrocar a Aristide, había miles de personas saliendo a la calle en defensa de Aristide también; en cambio no se vio ningún grupo tratando de ocupar la calle en defensa del actual Presidente. Eso deja claro que no tiene base social alguna. Son un montón de mafiosos al servicio de los intereses oligárquicos y el imperialismo norteamericano.
 votos sobre un padrón de 2.400.000 personas. A lo sumo podría ser legal pero nunca legítimo, pero sabemos que fueron elecciones manipuladas por la comunidad internacional y los sectores dominantes; entonces es obvio que el tipo no tiene ninguna base social capaz de defenderlo.

H.B.: Esa es la pregunta del millón. Creo que es más fácil ganar el Quini 6 que responder esta pregunta. Pero tenemos que ver algunas jugadas, las del Ejecutivo directamente ligadas al poder internacional, porque el Presidente está todavía porque la comunidad internacional lo sostiene, sin ninguna duda.

 

Ahora bien, hay senadores del mismo partido, de su misma agrupación política que han pedido su renuncia. La debilidad de este hombre es tal que todo indica que no va a poder resistir. No me parece que tenga estabilidad.

 

Hay una respuesta del campo popular frente a esto, algunos no quieren negociar nada con este hombre, quieren que se vaya, incluso algunos dicen que tienen que detenerlo e ir a la cárcel, otros dicen que se tiene que ir del país y se habla de una conferencia nacional donde se forme un gobierno de coalición por tres años y no hacer elecciones para evitar divisiones internas y desarrollar un plan mínimo para darle de comer a la gente. La gente tiene hambre.

Además, es un país donde hay mucha gente armada, hay muchos grupos armados, o gente con dinero que distribuye armas. Es un desastre.

 

En República Dominicana encontraron una cantidad de armas de grueso calibre que eran propiedad del gobierno haitiano y también en Jamaica. Son cosas que uno no puede entender y eso está ocurriendo. Hay barrios donde hay enfrentamientos casi a diario entre bandas rivales, el fenómeno del secuestro ha vuelto a crecer. Falta educación, electricidad, agua potable, no hay hospitales, el hospital general es una especie de depósito para ir a morir. No hay nada, la gente que tiene plata cuando se enferma toma un avión y se va a República Dominicana o a Miami. En esta situación es difícil hacer un pronóstico.

 

M.H.: Hay un gran factor de corrupción también.

 

H.B.: Sin ninguna duda. Por eso hablé de los fondos de Petrocaribe. Pero no se puede acusar solamente a este gobierno de corrupto. La corrupción en Haití es algo establecido, el sistema de dominación es corrupto, no lo son solamente los políticos, atraviesa a la sociedad. En un país donde no hay muchas actividades económicas que le permitan a la gente tener una vida decente. Eso es algo intrínseco. No es solamente de los dirigentes, si uno toma toda la historia, ha entrado gente que en 5 meses construyen casas y salen millonarios. Ese es el tema. No podemos ver a la corrupción con un espíritu religioso o de moral, es un tema estructural.

 

Eso no significa que todos los haitianos seamos corruptos, hablo de las estructuras de poder, de mando, las estructuras económicas de dominación, son estructuras basadas y

atravesadas por la corrupción de arriba abajo y de derecha a izquierda. Es una putrefacción. Es una obscenidad, ver cómo funcionan las instituciones allí es escandaloso. Para colmo en medio de un empobrecimiento sin límites, gente que anda en autos de 200.000 dólares al lado de la miseria, de gente tirada en la calle que no puede tener ni un vaso de agua, que toma agua que circula por la calle. Es tremendo. Entonces de por sí es una obscenidad cuando tenés niños que no pueden alimentarse; Haití es el país con menor esperanza de vida. Es algo increíble.

 

El terremoto del 2010 fue de alta magnitud pero ese mismo terremoto pasa en otro país, en Chile, en Japón, y hay algunos muertos, pero en Haití hubo 300.000. No es culpa del terremoto, es porque las cosas están mal. Las estructuras no son adecuadas, no hay protección. No hay servicio de bomberos. Cuando hay fuego o un cortocircuito se prende fuego todo. Hay camiones hidrantes sin agua. Los pequeños comerciantes pierden sus cosas en un incendio y el gobierno no hace nada, mientras que a esos tipos que tienen millones y millones se les quema el supermercado y le exigen al Estado y a la gente que les den reparaciones. Tienen la caradurez de pedirlo. Haití es un caso muy serio. Por eso da mucha bronca que las organizaciones latinoamericanas no nos lleven el apunte.

 

M.H.: Ya quisiera yo una reacción del pueblo argentino como la del pueblo haitiano.

 

H.B.: Alguien me dijo eso mismo hoy en una reunión. Puede ser. Lo que pasa es que son tradiciones de lucha diferentes. Por ejemplo, lo que sucedió con Lula en Brasil, yo no creo que en Argentina hubiera pasado lo mismo, para mí hubiera habido una reacción mayor. Pero se trata de tradiciones de lucha, de momentos históricos, etc. Pero en Haití siempre nos acorralaron, no tenemos otra, primero la esclavitud, luego la ocupación yanqui, los franceses hicieron lo que quisieron con la deuda externa, le hicieron pagar a Haití para reconocer la independencia. Siempre al límite. El pueblo aprendió a resistir y solos, porque nadie nos ayuda. Salvo la ayuda de Venezuela y Cuba.

 

Pero para cambiar la situación hay una indiferencia total cuando nosotros históricamente ayudamos a Miranda, a Bolívar. Tuvimos una actitud solidaria en el siglo XIX. Ojalá eso cambie y logremos reencontrarnos. Yo lo grafico así, cuando un progresista revolucionario habla de Haití la visión que me da es la del hombre que sale de la iglesia, ve un pobre afuera y le tira una monedita. Compasión, no solidaridad. Ahora, cuando el pueblo haitiano reacciona parecen despertar y darse cuenta de que hay seres humanos allí que pueden dar batalla. Sorprende al mundo eso, como la caída de Duvalier, la movilización contra el hambre en 2008, incluso la respuesta del pueblo haitiano ante el terremoto de 2010. Hubo una solidaridad en el seno del pueblo haitiano que fue extraordinaria, gente que arriesgó su vida para salvar a otros que estaban debajo de los escombros. Yo estuve allí y la gente compartía todo.

 

Espero que algún día la historia pueda ser escrita por los que han luchado para un cambio real y humano, más justo, para poder medir el valor de las cosas. El mundo sabe lo que fue la guerra de Vietnam, la derrota de los yanquis ahí, pero la derrota de Napoleón en Haití no fue cualquier cosa, y si vas al diccionario francés no vas a encontrar la batalla donde Berthier fue derrotado, la última batalla donde Francia se rindió.

M.H.: Un ejército de 50.000 veteranos franceses vencidos por el pueblo haitiano. Vamos a estar atentos porque tal vez el pueblo haitiano conquiste esta batalla, derrote al FMI y nos marque el camino.

 

H.B.: Ojalá. No me atrevería a decir tanto, no queremos darle lecciones a nadie.

"Nou gen dwa viv tankou moun" ("Tenemos derecho a vivir como personas")


M.H.: ¿Cuál es la situación en Haití en estos momentos? 

 

H.B.: Haití está pasando hace ya varios años por distintas rebeliones e insurrecciones que anuncian algo en el fondo, más allá de los elementos detonantes de algún momento particular.

En julio fue el tema del aumento del combustible, luego el tema de Petrocaribe, pero nunca hay que dejar que un árbol tape el bosque, porque está desarrollándose en Haití un embate, un ataque, una rebelión de las masas en contra de un sistema neocolonial.

 

Estamos asistiendo quizás al final de ese sistema, porque ya no admite más parches. Tuvo una intervención yanqui de 1915 a 1934, transformándonos en una neocolonia, luego la dictadura de los Duvalier, la huida del dictador en 1986, un gobierno militar que también fue rechazado por las masas, un Presidente con gran carisma, Aristide, que derrocaron 7 meses después de asumir, provocando 5.000 muertos.

 

La traición del movimiento Lavalas aceptando una intervención norteamericana para volver al poder. Elecciones truchas, intervenciones de la ONU, golpes de Estado. Todas formas que intentaron para perpetuarse. Ahora, llega un momento donde esos parches ya no corren más, entonces la radicalización de la lucha es cada vez mayor, el enemigo está identificado, es el imperialismo norteamericano, entendiendo que los actuales gobernantes no son otra cosa que sus lacayos.

 

Lo que pide el pueblo a través del rechazo al aumento del combustible, a través del reclamo de un proceso para detener el despilfarro de los fondos de Petrocaribe, es la renuncia del Presidente, del Primer Ministro y el cierre del Parlamento. Lo que significa una transformación radical. También están reclamando no organizar elecciones ya, reclaman un gobierno de unidad nacional, de transición para poder tener por lo menos 3 años con un programa mínimo para atender las necesidades básicas, llamar a una Asamblea Constituyente y después sí llamar a una nueva elección. Esto es lo que está pasando en Haití, un rechazo al régimen neocolonial.

 

Eso significa que el pueblo quiere recuperar su libertad, su derecho a la autodeterminación y su soberanía. Por supuesto, está sumergido en una miseria atroz, pero no porque el país fuese pobre sino porque ha sido empobrecido.

M.H.: Una situación invisibilizada por la prensa hegemónica. Que de alguna manera está en paralelo con la que se vive en Venezuela. Y las autoridades haitianas han tomado partido contra Venezuela a pesar que ha sido uno de los países que más ha ayudado a Haití.

 

H.B.: Esto hay que interpretarlo como un acto de desesperación y de sometimiento. Porque si Macri lo hace se entiende, si Bolsonaro lo hace, si Duque lo hace también, pero el actual señor que está a cargo de la Presidencia de Haití, Jovenel Moïse, en mayo del año pasado cuando terminaron las elecciones en Venezuela, felicitó a Maduro y fue a verlo. Pero en julio, cuando estalló la primera insurrección fuerte, los días 6/7 de julio entonces el CoGroup, que es una especie de engendro que tiene su mandamás en el embajador yanqui, los embajadores de Canadá, España, Brasil y representantes de la OEA y la ONU, con EE UU a la cabeza, que dictan lo que hay que hacer, salieron a respaldar a Jovenel. Eso impidió su caída y lo mismo sucede ahora.

Entonces Jovenel debe votar a favor de la moción norteamericana o caer frente al embate popular, evidentemente optó por traicionar a Venezuela, pero la contradicción es tan extravagante porque la misma elección por la que había reconocido y felicitado a Maduro, ahora dice que Maduro no puede asumir porque no es válida.

 

Pero además no fue una contradicción solamente, fue una traición. No fue solo el tema de Petrocaribe, porque hay una relación histórica entre Venezuela y Haití, tejida desde 1806 entre Dessalines y Miranda y luego entre Pétion y Bolívar en 1816. Hay un reconocimiento mutuo que creíamos indisoluble y lo sigue siendo entre los pueblos pero evidentemente no con los gobiernos que tenemos. Lo mismo hizo Duvalier respecto de Cuba, cuando en Punta del Este aceptó la expulsión de Cuba de la OEA a partir de una moción norteamericana.

 

Esto el pueblo haitiano lo ha interpretado como una traición más, no una contradicción. Porque uno puede tener una contradicción, significa que se ha equivocado, acá no se trata de ninguna equivocación, sino de una elección política para poder sobrevivir y mantenerse en el poder. Porque el único apoyo real del gobierno actual en Haití frente al embate de las masas que es muy fuerte, es la posición norteamericana. La traducción es esta. No hay que hacer un reduccionismo solo al tema de que Venezuela dio 3.800 millones de dólares a Haití para su programa, no es solamente esto, hay algo que va mucho más allá del dinero, es algo que incluso fue sellado con sangre, no solamente con elementos materiales como fue el dinero que dio Pétion a Bolívar, las armas, las municiones, sino los voluntarios haitianos que derramaron su sangre para la independencia en Venezuela, en Colombia, etc. Yo creo que si pensáramos en función del intercambio de dinero nos estaríamos centrando en una cuestión mercantil.

 

Y hay otro aspecto más, no reconocer los ataques del imperialismo a la Revolución Bolivariana, lo que está haciendo el gobierno norteamericano con sus socios evidentemente para poder derrotar y someter al pueblo de Venezuela, ahogarlo económicamente, todo esto está pasando y no hay duda de que lo saben, sin embargo, hicieron la vista gorda. Eso es grave.

A mí no me gustaría reducirlo solamente a un problema de los fondos que dio Venezuela de Petrocaribe. Doy un ejemplo para poder entender lo que estoy diciendo, hubo una misión de las Naciones Unidas en Haití, disfrazada de misión humanitaria que se llamó Minustah, quienes ofrecieron participar a Venezuela y se rehusó, entendiendo que significaba una violación de la soberanía. A pesar de la buena relación que Chávez tenía con Lula y con Kirchner. Él se jugó por Haití. Lo mismo hizo Cuba. Todas esas cosas nos hacen ver que estamos frente a un ser repugnante.

 

Haiti en este momento esta "funcioando" sin presupuesto, que no fue votado por el Parlamento porque el pueblo dijo que era un presupuesto criminal y que si lo votaban iban a quemar el Parlamento con los diputados y senadores adentro. Se acobardaron y no lo votaron. Entonces, ¿cómo un país puede funcionar sin saber cuánto va a recaudar, cuánto va a gastar y cómo lo va a gastar? Esto es un presupuesto. Entonces hoy nadie sabe nada. No se sabe qué se hace, no está dirigiendo nada este hombre. Llama a un diálogo nacional, todo el arco opositor, el 90% dijo que no, la única condición es su partida. Hasta los sectores religiosos dijeron que no. El sector protestante hizo un llamado a los demás sectores religiosos para organizar una gran marcha en Puerto Príncipe para pedir la renuncia.

 

Por supuesto ellos tienen atrás a una nueva insurrección que saben que puede ser mucho peor y que habrá inocentes que paguen por los culpables. Ven que cada vez las rebeliones son más fuertes, entonces para que no haya una pérdida total o para poder desviar o confundir más al movimiento de masas ven que hay que sacrificar a este hombre. Y yo creo que la comunidad internacional va a terminar por reconocer esto. Porque Jovenel no manda nada.

 

Detuvieron en Haití un domingo a la noche a 8 mercenarios, 5 ex militares norteamericanos, 2 serbios con residencia en EE UU y un ruso en dos autos sin patente. Cuando la policía los detuvo abrieron los baúles y encontraron armas de guerra tan sofisticadas que ni Haití las tiene. Cuando tomaron sus pasaportes vieron que no tenían sello de entrada al país lo que significa que lo hicieron clandestinamente. Detuvieron a esa gente, un día y medio después hubo una intervención de la Embajada norteamericana y el ministro de justicia y terminaron saliendo por el aeropuerto internacional. Como si fueran turistas. Hasta hicieron compras en el Free shop. Esto significa que el gobierno está utilizando mercenarios para reprimir y matar. Esa misma gente estuvo en Irak, en Libia. Y se sabe que hay por lo menos 120 distribuidos por el país.

 

M.H.: Te dejo el cierre. ¿Qué podemos esperar del pueblo haitiano?

 

H.B.: Podemos esperar más luchas, nuevas insurrecciones. Pero quiero asegurar que estamos en camino de escribir una nueva página en la historia. Ojalá sea similar a la de 1804. La realidad histórica nos impone este deber, es una obligación y confío plenamente en la capacidad de lucha del pueblo de Haití. Pero ojalá que haya una solidaridad plena, no ayuda humanitaria, solidaridad plena para acompañarnos en esta lucha tan difícil y compleja.