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Antiguos búnkeres militares norteamericanos ubicados en las entrañas del Canal de
Panamá para fines turísticos
Old north american military bunkers located in the corners of the Panama Canal for
tourist purposes
Eva Lisary González Pinilla
1
Universidad de Panamá, Departamento de Historia, Panamá
https://orcid.org/0000-0002-1437-106X
evalisary@gmail.com
RESUMEN
Este artículo, ha sido resultado de la investigación sobre el aprovechamiento de las
instalaciones que albergaron, hasta 1999, las bases norteamericanas en Panamá y sus
fortificaciones, las cuales muchas de ellas, tienen sus edificaciones en un “desuso turístico”,
cuando en realidad son potencialmente explotables como patrimonio histórico nacional, lo
que los pudiera convertir en un destino turístico a través de itinerarios culturales debidamente
propuestos. Tristemente, ninguna de estas instalaciones, han sido catalogadas como
“Patrimonio Histórico” por ley de la República. La mayoría del contenido de este artículo
muestra la historia resumida de cada una de las bases militares norteamericanas que
estuvieron acantonadas en la antigua “Zona del Canal de Panamá”. Se explicará el estado
actual de dichas edificaciones, de algunas iniciativas propuestas para su explotación turística,
y de cómo poder generar ingresos turísticos con la debida explotación de tan preciado recurso
histórico.
Palabras clave: bases militares, fortificaciones, búnkeres, turismo militar.
1
Doctoranda del Programa de Turismo de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Turismo y Psicología de la
Universidad San Martín de Porres, Lima-Perú (2019-2020). Magister en Turismo por la Universidad Autónoma de Chiriquí,
Panamá (2010). Graduada como Licenciada en Turismo con Especialización en Promoción Cultural de la Universidad de
Panamá, con Especialización en Docencia Superior por la Universidad Técnica de las Comunicaciones, Panamá,
Especialista en Entornos Virtuales de Aprendizaje de la Universidad de Panamá, Actualmente es profesora en la Escuela
de Turismo Histórico Cultural del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades en la Universidad de Panamá.
ISSN L 2710-7620
Volumen 1, Número 1 / mayo - agosto 2021
Págs.: 60 - 77
Recibido 27/12/2020 / Aceptado: 23/03/2021
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ABSTRACT
This article has been the result of research regarding the use of the facilities that housed, until
1999, the North American military bases in Panama, known as “Forts”, many of which have
their buildings in a “touristic disuse”, when in reality they are sxploitable as a national
historical heritage, which could become a tourist destination through duly proposed cultural
itineraries. Sadly, none of these facilities have been classified as "Historical Heritage" by any
Panamanian law. Most of the content of this article shows the summarized history of each of
these military bases that were located in the now extinct “Panama Canal Zone”. The present
status of these buildings will be explained, as well as some initiatives proposed for their
tourist exploitation, and how to generate tourist income with the proper exploitation of these
precious historical resources.
Keywords: military bases, Forts, bunkers, military tourism.
INTRODUCCIÓN
A nivel mundial, la República de Panamá se conocer por su extraordinaria posición
geográfica y estratégica para el comercio mundial, muestra de ello es el Canal de Panamá y
su historia, su -una vez pujante- centro bancario internacional, y actualmente como un centro
logístico internacional para el tráfico comercial potenciado por Hub aéreo de talla global en
que se ha convertido el país.
Panamá es conocido también como un destino turístico con mayor intensidad desde
la década del 2010, con un turismo reconocido de playas, de compras, y de vida nocturna, a
como para naturalistas y científicos que se albergan en sus bosques para practicar turismo
ecológico y ornitología. De por sí, la mundialmente conocida plataforma online de viajes,
Lonely Planet, seleccionó a Panamá como “…el cuarto mejor país para visitar en 2019 (Díaz,
2018), dentro de su ranking Best in Travel 2019: los 10 mejores países”, compitiendo con
países como Sri Lanka, seguido de Alemania, Zimbabue, Kirguistán, Jordania, Indonesia,
Bielorrusia, Santo Tomé y Príncipe y Belice. Igual puesto ocupó en dicho ranking en el año
2011, esa vez compitiendo con países como Albania, Brasil, Cabo Verde, Bulgaria, Vanuatu,
Italia, Tanzania, Siria y Japón, aduciendo Lonely Planet a las recientes atracciones turísticas
del país como el novedoso Museo de la Biodiversidad, la Cinta Costera y el Casco Antiguo,
todo esto en la ciudad de Panamá, y a la región del Darién (Enlaces Panamá, 2011).
Pero durante este rango de años, Panamá ha tenido tanto un auge como un declive
turístico, tal como se puede apreciar en la siguiente gráfica:
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Gráfico No. 1. Ingreso de turistas internacionales y de gastos generados de la actividad
turística en Panamá, años 2010-2011
Fuente: Panorama del turismo internacional de la Organización Mundial del Turismo. Ediciones de
los años 2014 al 2019.
Quién conoce del canal de Panamá, sin importar de qué país sea el interesado en
conocer su historia, sabe que esta magna obra no la construyeron los panameños. Fue una
idea originada en el Siglo XV por el rey Carlos V de España, su construcción fue comenzada
pero cancelada por los franceses a través de la empresa del Conde de Lesseps, y por último
fue recomenzada y culminada por los Estados Unidos, administrada en gran parte por sus
fuerzas armadas de la época. Esta es la razón por la cual, la construcción y operación del
canal de Panamá, vino de la mano con su defensa militar, lo que permitió, tomando
apreciaciones del denominado tratado Hay - Buneau Varilla, en su Artículo 3, “la decisión
central de Estados Unidos de fortificar toda la zona” (Blog FDRA, 2019), ya que dicho
artículo otorgaba a los Estados Unidos todos los poderes, derechos y autoridad sobre dicho
territorio, permitiendo así la construcciones de instalaciones militares para la defensa del
canal y otros intereses de los Estados Unidos.
Pero un giro revolucionario se dio en el año 1979, cuando se firmaron los tratados
Torrijos-Cárter, los que acordaron devolver toda la Zona del Canal, incluyendo al propio
Canal de Panamá, sus bases militares, y demás instalaciones tanto civiles como militares allí
acantonadas, paulatinamente desde dicho año, hasta el mediodía del 31 de diciembre de 1999,
cuando Panamá adquiriría su soberanía total en todo su territorio geográfico.
La idea original de la reversión de las bases norteamericanas, originalmente tenían
propósitos también militares para los panameños, a través de la institución en ese entonces
denominada “Fuerzas de Defensa”. Pero a partir del 20 de diciembre de 1989, a razón de la
invasión a Panamá por parte de los Estados Unidos, se elimina todo vestigio militar
0
1,000
2,000
3,000
4,000
5,000
2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Turistas Intl' (en miles) Ingresos generados (en miles de B/.)
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panameño, se restablece la democracia y los gobiernos vuelven a ser elegidos
democráticamente de forma soberana por el pueblo panameño. Entonces, los planes de
reversión de las bases militares norteamericanas tendrían otros usos, mayormente civiles,
algunos estatales, residenciales como turísticos.
HISTORIA DE LAS BASES MILITARES NORTEAMERICANAS EN PANAMÁ
A continuación, se detalla una breve explicación del uso y destino final de cada una
de estas bases, señalándolas según su ubicación en los márgenes del Canal de Panamá,
tomando las referencias históricas de autores como Ormsbee (2005), Arjona (2013), Gómez
(2016), Guevara (2016) y Aguilera (2019):
Empezando con las que estaban en el área sur (del Pacífico) del canal, en su margen
este, estaban las siguientes instalaciones militares:
Fort Amador: empezó operaciones en 1912 para proteger el extremo sur del Pacífico
del canal, y fue el cuartel general del alto mando del Ejército de los Estados Unidos
en Panamá desde 1947 hasta septiembre de 1979, desde el Comando del Ejército del
Caribe (1947-1963) a través del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos
(1963-1974) hasta la 193 Brigada de Infantería (Zona del Canal). Después de que el
cuartel general del Ejército se trasladó a Fort Clayton en septiembre de 1979, parte
del sector del Ejército acantonado en este fuerte fue trasladado a Panamá el 1 de
octubre de 1979. El resto de Fort Amador fue trasladado a Panamá el 1 de octubre de
1996. Forma parte del actual complejo de la Calzada de Amador, la cual cuenta con
múltiples atracciones turísticas, y en donde se encuentra el reciente Bio Museo.
Fort Grant: empezó operaciones en 1914 para apoyar a las unidades de artillería
costera para la defensa del canal, las que constaba de una serie de baterías de
fortificación en las islas de Naos, Culebra, Perico y Flamenco durante la Segunda
Guerra Mundial. Fue la instalación de la sede del Distrito de Artillería de la Costa del
Ejército de los EE. UU hasta 1947, después de finalizada la Segunda Guerra Mundial.
Las mencionadas islas fueron trasladadas a Panamá el 1 de octubre de 1979,
convirtiéndose así en parte del complejo de la “Calzada de Amador”.
Fort Clayton: empezó operaciones 1920 con el objetivo de proteger las esclusas de
Miraflores y Pedro Miguel del Canal de Panamá (de ahí su ubicación contigua a la
entrada de las esclusas de Miraflores). Pero aprovechándose la inmensa cantidad de
terreno que tenía esta base, todo el complejo que actualmente se conoce se construyó
en sucesivos periodos: entre 1933 a 1934, 1940 a 1943 y 1968 a 1969. Sirvió como
instalación de cuartel general para unidades de infantería, artillería costera, artillería
y caballería durante seis décadas (de 1922 a 1974). La primera unidad en Clayton fue
el 33° Regimiento de Infantería en el cuadrilátero de Infantería original (de 1920 a
1941. También sirvió como sede de la Fuerza Móvil de Panamá de1941 a 1946. En
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septiembre de 1979, Fort Clayton se convirtió en el cuartel general del alto mando
del Ejército en Panamá, albergando a la 193 Brigada de Infantería (Panamá) (con el
Grupo de Mando en el Edificio 95), que en 1986 se reorganizó como el alto mando
Ejército Sur de los Estados Unidos. Todas sus instalaciones revirtieron a Panamá el
30 de noviembre de 1999. Actualmente se utiliza para viviendas residenciales,
complejos escolares, algunas embajadas y sedes de entidades estatales, al igual, que
la "Ciudad del Saber"; aunque también se han realizado construcciones tanto
residenciales como comerciales, y se mantienen muchas de sus áreas verdes.
Albrook Field Air Force: empezó operaciones en 1922, como una respuesta a la
necesidad de un aeródromo en el lado Pacífico del Istmo de Panamá; ya que el país,
como república soberana, no contaba con ningún aeropuerto a esa fecha. Se convirtió
en una base de la fuerza aérea de los Estados Unidos en 1948 hasta 1975, cuando fue
degradada a Estación de la Fuerza Aérea. Esta instalación fue la sede de la Fuerza
Aérea del Canal de Pana(PCAF) en 1940, la Fuerza Aérea del Caribe en 1941, del
Comando Aéreo del Caribe a fines de 1948-1963, del Comando Sur de las Fuerzas
Aéreas de los Estados Unidos entre 1963 a 1976; y de la U.S. Air Force Southern Air
Division entre 1976 a 1989 (que se trasladó de Albrook a Howard Air Force Base en
1978), y de la 830 a División Aérea desde 1989 a 1991. Desde la década de 1940
hasta 1989, Albrook Field fue el hogar de la Academia Interamericana de Fuerzas
Aéreas (IAAFA). Prácticamente la mitad de solo las instalaciones aeroportuarias,
incluyendo la “Pista 8” y el antiguo aeródromo. con los hangares más grandes de la
base (denominados como “PAD” o Depósito Aéreo de Panamá) fueron revertidos a
Panamá desde 1979 hasta 1982, mientras que el resto de las instalaciones junto con
la pista de aterrizaje, y el resto de la base, fueron transferidos en 1997. Lo que quedó
de las instalaciones aeroportuarias, fue convertido a partir de 1999 en el aeropuerto
internacional Marcos A. Gelabert; mientras que las demás instalaciones, como
edificios, residencias y áreas verdes, fueron utilizados como sedes de oficinas
estatales, de empresas, de demás organizaciones, residencias particulares y áreas
disponibles para la construcción de nuevos edificios tanto comerciales como
residenciales.
Siguiendo en el pacífico, las bases que estaban en el margen oeste del Canal de
Panamá eran las siguientes:
Fort Kobbe: empezó operaciones en 1929 bajo el nombre de “Fort Bruja”,
renombrado como “Kobbe” en 1932; y se instaló como parte del programa del
aumento de defensa del canal como puesto del Cuerpo de Artillería de la Costa del
Ejército de los Estados Unidos. A inicios de 1950, el 33º Regimiento de Infantería
se reactivó en este fuerte y asumió la responsabilidad de todas sus instalaciones,
incluyendo también a la base aérea de Howard. El regimiento fue desactivado y
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redesignado como el 20º de Infantería en mayo de 1956, el cual fue reorganizado y
redesignado el 15 de noviembre de 1957 como Cuartel General y Compañía del
Cuartel General, 1º Grupo de Batalla, 20º de Infantería, para terminar de desactivarse
de esta base el 8 de agosto de 1962. A partir de este año, Fort Kobbe siguió
albergando el Cuartel General y algunas unidades de la 193 Brigada de Infantería, la
principal unidad de combate del Ejército de los Estados Unidos en Panamá, con uno
de sus tres batallones de infantería y batallón de ingenieros. Ya para la década de
1980 era un puesto relativamente pequeño, y albergaba un batallón de paracaidistas,
una batería de artillería, batería de seis cañones con sección de luz de reconocimiento
y búsqueda, una compañía de ingenieros y un batallón de helicópteros. En 1986, la
compañía de ingenieros se expandió y tomó Fort Kobbe como su sede para
desplegarse por toda Centroamérica en proyectos humanitarios y de infraestructura.
Fort Kobbe, junto con la base área de Howard, revirtieron a Panamá en noviembre de
1999. Actualmente, gran parte de lo que fueron sus instalaciones son parte de diversos
complejos hoteleros (resorts de playa) y otra parte pertenece a la zona logística y
residencial “Panamá Pacífico”; mientras que las instalaciones aeroportuarias de la
base ahora es el Aeropuerto Internacional Panamá Pacífico.
Estación Naval de Rodman: empezó operaciones en 1937, justo a la entrada sur-
oeste del Canal de Panamá, y fue hasta 1999 el centro de todas las actividades navales
en Centro y Sudamérica, y apoa las unidades de la flota de la US Navy que
transitara por el Canal de Panamá. Como estación naval, Rodman jugó un papel
importante durante la Segunda Guerra Mundial en apoyo de la Guerra del Pacífico y
durante toda la Guerra Fría. Específicamente, esta base naval proporcionó
combustible, provisiones y todo tipo de apoyo a los barcos militares estadounidenses
y aliados que pasaban por el Canal de Panamá. También fue responsable de brindar
seguridad a las Fuerzas Navales de los Estados Unidos que transitaran por el Canal
(incluidos los submarinos y otras naves) y del mantenimiento temporal y el
reabastecimiento de combustible para los buques de guerra estadounidenses y aliados.
Rodman llevó a cabo muchas misiones vitales a lo largo de los años, incluida la
defensa del Canal de Panamá y el reabastecimiento de combustible durante la
Segunda Guerra Mundial, por medio de apoyo logístico las 24 horas durante la Crisis
de los misiles de Cuba de 1962, las operaciones regionales y la gestión de combustible
para la defensa. Fue el hogar de la Escuela de Instrucción y Capacitación Técnica de
Pequeñas Embarcaciones Navales de los Estados Unidos (NAVSCIATTS), la única
escuela de la Marina que enseñó operaciones fluviales y mantenimiento de pequeñas
embarcaciones en español a las armadas y guardacostas de América Latina, y capacitó
a expertos estadounidenses que se desplegaban por el continente americano para
asesorar a sus homólogos en el establecimiento de programas similares. Rodman
también recibió varios otros comandos pequeños de la Armada en Panamá, incluidos
la Unidad de Guerra Especial Naval 8 (Navy SEALS), Unidad de Embarcaciones
Pequeñas Navales 26 y el Destacamento Sur de la Flota del Atlántico (Destacamento
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CINCLANTFLT Sur) como componente naval del Comando Sur de los Estados
Unidos. La reversión de esta base a manos panameñas se dio el 30 de noviembre de
1999; y parte de sus instalaciones albergan actualmente a la Base Naval Vasco Nuñez
de Balboa del Servicio Aeronaval, y al puerto de contenedores PSA International.
Base Aérea de Howard: empezó operaciones 1942, y era la única base capaz de
abastecer de combustible a los aviones militares de Estados Unidos al sur del Rio
Grande. Howard fue, por cerca de 6 décadas, el bastión del poderío aéreo de los
Estados Unidos en Centro y Sur América - mantuvo durante esos años a más de 20
mil unidades militares y sus familias estadounidenses (I Love Panama Chocolate,
2016). Durante la Segunda Guerra Mundial, operó diferentes tipos de naves, como
los cazas P-38, P-39 y P-40 y B-27, B- 18, B-24, B-25, B-26 y los bombarderos A-
30. Curiosamente, esta base fue inactivada de la Fuerza Aérea de los estados Unidos
en 1950, y se le concedió al Ejército de los Estados Unidos; aunque la misma Fuerza
Aérea la siguió utilizando como sitio de despliegue para ejercicios de entrenamiento
conjunto durante la década de 1950, y en diciembre de 1961 todas las operaciones de
vuelo de la Fuerza Aérea en Panamá se trasladaron a Howard. El 1 de octubre de
1963, la Fuerza Aérea recuperó oficialmente a Howard del Ejército; y desde la década
de 1970 hasta 1999, esta base apoyó las operaciones de los aviones F-15 y F-16 y
aviones C-130 Hércules tripulados por unidades de la Guardia Nacional Aérea y la
Reserva de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos; y durante los años 1990 a 1999,
también fue sede de operaciones de aviones E-3 (AWACS), Navy E-2 y Aviones P-
3, Aduanas P-2 y de la “DEA”, desplegados en estas instalaciones para apoyar la
misión del Departamento de Defensa de los Estados Unidos en la detección y
monitoreo de vuelos sospechosos de drogas desde Sudamérica a través de
Centroamérica, como parte de los esfuerzos antidrogas del gobierno de los Estados
Unidos. De 1992 a 1999, Howard también fue sede de la Fuerza de Tarea Conjunta
Interinstitucional Sur, uno de los centros regionales antinarcóticos del Departamento
de Defensa. Todas las instalaciones de esta base, en su totalidad, revirtieron a Panamá
el 1 de noviembre de 1999; convirtiéndose en lo que hoy es la zona logística y
residencial “Panamá Pacífico”.
En el área norte (del Atlántico) del canal se encontraban, en su margen este, casi todas
las instalaciones militares en esa zona, siendo estas las siguientes:
Fort Randolph: este fue un fuerte construido en las islas Margarita y Galeta, las que
juntas hacen una estrecha península, en la costa atlántica al noreste de la ciudad de
Colón. Allí se construyeron cuatro baterías de artillería costera a partir de 1912. Más
tarde se construyeron dos puestos de tiro para los dos cañones ferroviarios de 14
pulgadas traídos a la Zona del Canal en 1929 para su uso, tanto en Fort Randolph
como en Fort Amador en el lado del Pacífico. Los cañones fueron tripulados durante
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la Primera y Segunda Guerra Mundial y todos fueron desmontados y retirados de la
Zona del Canal entre 1946 a 1948. En 1953, parte de la Reserva de Fort Randolph
fue transferida a la Armada para ser utilizada por la Actividad del Grupo de Seguridad
Naval. En la década de 1960, el fuerte fue utilizado para la Academia de Suboficiales
de USARSO y también para entrenamiento y maniobras especiales del Ejército,
especialmente por la unidad de Fuerzas Especiales en Fort Gulick. Ya para los años
‘70, la reserva del fuerte había disminuido sus terrenos, y había sido declarada
inactiva. Sus instalaciones revirtieron a Panamá el 1 de octubre de 1979 como uno de
los primeros bienes norteamericanos en revertir en cumplimiento con los Tratados
Torrijos-Carter. En la actualidad pertenece al Municipio de Colón. Sus baterías están
totalmente abandonadas a merced de la jungla que le rodea.
Fort De Lesseps: la instalación más pequeña de todas, fue un fuerte que inició
operaciones en 1916, ubicado en el extremo norte de lo que hoy es la ciudad de Colón.
Era, por así decirlo, la contraparte de Fort Grant en el Pacífico, ya que solo tienen
como diferencia dos años de haber iniciado operaciones. Estaba justo adyacente al
Hotel Washington, y por su emplazamiento geográfico, formaba parte de las
fortificaciones originales del Canal de Panamá. Curiosamente, la propiedad en la que
se construyó Fort De Lesseps fue adquirida por el Ejército de los Estados Unidos a la
empresa norteamericana Panama Railroad Company. Sin embargo, la jurisdicción
sobre el puesto nunca fue cedida formalmente a Estados Unidos; por lo que es
considerada una fortificación militar norteamericana fuera de los linderos de la Zona
del Canal. Este pequeño fuerte albergaba al personal de la Artillería Costera que
tripulaba Battery Morgan, una de las fortificaciones originales construidas para
defender la entrada del Atlántico al Canal de Panamá y que constaba de dos rifles de
seis pulgadas con un alcance de 15,00 yardas. Los cañones se dispararon
regularmente para practicar en 1916, 1917 y 1918, pero luego se colocaron en estado
de cuidador y no se volvieron a disparar hasta 1942. Disparados por última vez en
1944, luego fueron desmontados y desechados. Fort De Lesseps tenía un ramal desde
las vías de tren hasta su muelle, en donde había un edificio de administración y un
cuartel. A la vuelta de la esquina del muelle había cinco casas de oficiales y un teatro.
Entre las baterías de armas y el hotel había una piscina al nivel del mar. El fuerte
estuvo ocupado hasta 1955. Fue el primero en ser desmantelado, por lo que no pasó
los procesos de reversión de bienes a Panamá a razón de la firma de los tratados
Torrijos-Carter. Hoy, las instalaciones de la Batería Morgan es un edificio que forma
parte de la memoria histórica de la ciudad de Colón, el cual está levemente mantenido
para la vista de los curiosos historiadores (Hawkins, 2012).
France Field: originalmente fue un aeródromo construido entre 1918 a 1920 en la
Bahía de Manzanillo cerca de Fort Randolph y al este de la península (o Isla
Manzanillo) que conforma la ciudad de Colón. Fue la primera base aérea real en la
Zona del Canal. El 7mo Escuadrón Aéreo, fue la primera unidad asignada a France
Field en febrero de 1918. La misión de esa unidad se limitó a patrullar las aguas
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costeras del Atlántico en los últimos días de la Primera Guerra Mundial. El servicio
de correo aéreo entre los Estados Unidos y la Zona del Canal de Panamá se
implementó el 6 de febrero de 1929, con vuelos mensuales de Pan-American Airways
entre Miami y France Field. En la década de 1920, la actividad aérea se trasladó
desde France Field al lado Pacífico de la Zona del Canal, comenzando con Albrook
Field. En 1956, se determinó que el aeródromo de France Field ya no era necesario
para la Fuerza Aérea, por lo que se determinó en 1957 otorgársele una licencia al
Ejército para fines de entrenamiento, mientras funcionaba como aeropuerto civil para
el istmo. La jurisdicción para France Field fue transferida a la Reserva Naval de Coco
Solo en 1964. Para 1970, la propiedad había sido transferida al Ejército, mientras
seguía fungiendo como aeropuerto civil; teniendo como destino final el ser revertida
a Panamá el 1 de octubre de 1979. Actualmente, gran parte de los terrenos de este
aeródromo, son parte de la Zona Libre de Colón para el establecimiento de depósitos
de empresas comerciales, mientras que lo que fueron sus instalaciones aeroportuarias
se renombraron como Aeropuerto Enrique A. Jiménez a partir del 31 de diciembre de
1999.
Estación Naval de Coco Solo: esta fue originalmente una base de submarinos, la
que inició operaciones en 1918. Tenía comunicación terrestre con Fort Randolph.
En 1920 esta base se expandió a una Estación Naval, agregando la Estación
Aeronaval de Coco Solo. La base submarina se desestableció en 1944. Durante la
Segunda Guerra Mundial, Coco Solo también sirvió como la sede de la Aviación
Naval, albergando un escuadrón de aviones P-38. En 1957, pasa a ser un anexo a la
Estación Naval de Rodman (localizada en el pacífico del Canal de Panamá), y a la
vez, el Gobierno de la Zona del Canal le restó terrenos para convertirlos en zonas
civiles para locales públicos, con un número considerable de otros edificios e
instalaciones que ya no le servían a la Marina. En 1968, esta base como complejo
militar fue transferida a la actividad del Grupo de Seguridad Naval de los Estados
Unidos, con sede en Isla Galeta. Parte de las instalaciones de esta base, sobretodo las
militares (navales) revirtieron a Panamá el 1 de octubre de 1979 (los cuatro muelles,
y algunos edificios administrativos) mientras que las unidades residenciales restantes
permanecieron bajo la jurisdicción civil de la Comisión del Canal de Panamá (entidad
del gobierno de los Estados Unidos). La escuela primaria de Coco Solo permaneció
bajo la administración norteamericana hasta que fue transferida a Panamá en 1990,
mientras que sus complejos de clínicas se transfirieron en 1992. Lo que antes fue una
base militar de gran tamaño, ya estaba reducida y dispersa en instalaciones bajo
administraciones tanto norteamericanas como panameñas; ya que, a mediados de la
década de 1990, los empleados civiles del Canal utilizaban el emplazamiento de Coco
Solo como zona residencial, mientras que la cercana instalación de comunicaciones
de la Marina de los Estados Unidos en la isla Galeta aún continuaba en
funcionamiento por dicha entidad militar. Después del traspaso del Canal de Panamá
a los panameños en 1999, la actividad militar estadounidense cesó tanto en las pocas
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instalaciones en Coco Solo bajo administración norteamericana, como en la isla
Galeta. En la actualidad, lo que fue esta magna base militar ahora alberga un
complejo portuario de dos terminales de contenedores: Colón Container Terminal y
Manzanillo International Terminal; mientras que una ínfima área que en algún
momento fueron 16 edificios residenciales, alberga a familias pobres en estos
edificios totalmente arruinados y vandalizados por años de abandono.
Fort Davis: fue construido en 1920, inicialmente como un puesto de infantería para
proteger las cercanas esclusas de Gatún y otras instalaciones críticas del lado atlántico
del Canal de Panamá; algo así como la contraparte de Fort Clayton en el Pacífico;
pero se ampliaron sus instalaciones en 1939. Este fuerte fungió como el Cuartel
General del 14º Regimiento de Infantería del Ejército (1920-1956), como Depósito
General del Atlántico de Panamá (1939-1946), como Comando de Seguridad y
Fuerza Móvil de Panamá (1941-1946) y fue sede del Batallón, 1de Infantería
(1962-1984). También acogió, desde fines de 1984 hasta mediados de la década de
1990, al 3er Batallón del Ejército y al 7mo Grupo de Fuerzas Especiales
(Aerotransportadas), quienes estaban instalados originalmente en Fort Gulick poco
antes de que parte de ese puesto fuera trasladado a Panamá. Esta base revirtió el 15
de septiembre de 1995, y actualmente alberga un área residencial con proyección a
utilizar el resto de sus instalaciones en una “ciudad deportiva” para la provincia de
Colón.
Fort Gulick (ESPINAR): este fuerte empezó operaciones como base del ejército de
los Estados Unidos, cercana al anteriormente operativo Fort Davis, como parte de la
construcción en tiempos de guerra para acomodar un número creciente de tropas en
la Zona del Canal hasta la Segunda Guerra Mundial. Desde 1949 hasta 1984, Fort
Gulick fue el hogar de la Escuela de las Américas del Ejército de los Estados Unidos,
cuyas aulas formaron a más de 3,400 oficiales latinoamericanos y personal alistado y
cadetes militares de América Central, del Sur y el Caribe, además de ser entrenados
en habilidades militares, liderazgo y doctrina. Un hospital del Ejército que fue
construido en esta base en 1943, dejó de funcionar en 1946, pero desde 1949 hasta
1984 sirvió como edificio de la sede de la escuela, el edificio 400 conocido como
“Mundinger Hall”. A partir de la cada de 1960, esta base alber en sus
instalaciones al Grupo de Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos, y de
1973 a 1979, fue también la sede de la Compañía B, 4º Batallón 10º de Infantería. El
resto del Batallón del 10º de Infantería estaba ubicado en Fort Davis mientras se
completaba la construcción de su cuartel. Esta base revirtió en su totalidad en
septiembre de 1984, albergando actualmente una zona residencial, en parte comercial,
y lo que fue la sede de la Escuela de las Américas ahora alberga al monumental Hotel
Meliá Panamá Canal.
Y la única instalación al margen noroeste del canal de Panamá, fue:
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Fort Sherman: Localizada antes de la propia entrada al Canal, inicio operaciones
en 1914 como parte del complejo de fortificación de defensa costera para la defensa
del Canal de Panamá; era como la contraparte atlántica a Fort Kobbe. Fue una de las
tres primeras instalaciones previstas para la defensa portuaria del Canal. Dentro de
ella se construyeron cuatro baterías de artillería costera equipadas con cañones de 14
y 6 pulgadas. Este fuerte también fue el sitio de la primera instalación de los Servicios
Aéreos del Ejército de los Estados Unidos en Panamá (marzo de 1917). Las unidades
de artillería costera se asignaron allí hasta 1946. En 1941, esta base fue la primera de
los Estados Unidos en instalar y operar su primer radar de alerta temprana. Este fuerte
sirvió como área de alojamiento para las tropas del lado atlántico del Ejército de los
Estados Unidos entre 1946 a 1951. Fort Sherman siempre había sido el más aislado
de los puestos militares en el área del Canal. Desde 1951 hasta 1999, este fuerte había
sido el hogar del Centro de Entrenamiento de Operaciones en la Selva (JOTC) del
Ejército de los Estados Unidos, ya que gran parte de sus terrenos como base militar,
eran selva tupida apta para el entrenamiento en selva y jungla, por lo que entrenó a
los primeros soldados individuales; y desde 1975, a unidades del tamaño de un
batallón propio de las distintas fuerzas armadas de los Estados Unidos. También en
Sherman estaba la Academia de Suboficiales “Panamá”. Finalmente, su destino fue
revertir a Panamá el 30 de junio de 1999. En la actualidad, gran parte de sus
instalaciones “se encuentra cubierto por la tupida selva tropical del Parque Natural de
San Lorenzo, en un total estado de abandono” (García, 2018), utilizándose un
minúsculo espacio como marina de yates con su restaurante, astillero de yates y otras
leves facilidades turísticas, con vista a las ruinas de la mayoría de las antiguas
instalaciones.
Para que se tenga una idea de la ubicación de muchas de estas instalaciones en la
delimitada “Zona del Canal de Panamá”, se presenta la siguiente figura, que señala el punto
donde estaban ubicados, en el Atlántico (actual provincia de Colón) como en el Pacífico
(actuales provincias de Panamá y del Oeste).
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Figura No. 1. Ubicación de los Fuertes del Canal de Panamá.
Fuente: https://www.prensa.com/ Tour-antiguas-bases-militares-Canal_0_4435056590.html
Algunas iniciativas turísticas para estas antiguas instalaciones militares actualmente
en desuso
Muchas de las señaladas instalaciones militares contaban con las denominadas
baterías de artillería, siendo las siguientes:
Fort Kobee contaba con las baterías Murray y Haan.
Fort Grant contaba con las baterías Smith, Hirney, Parke, Hureside, Buell, Newton,
Carr, Warren y la Nº8, escondidas entre las cimas de las islas Naos, Culebra, Perico
y Flamenco.
Fort Amador contaba con las baterías Birney y Smith.
Fort Sherman contaba con las baterías Howard, Stanley, Kilpatrick, MacKenzie,
Pratt, Sedgwick, Mower y Baird.
Fort Randolph contaba con las baterías Weed, Zalinski, Webb, Tidball y dos más (sin
nombrar) para diferentes tipos de cañones.
Estas 27 baterías, estaban montadas en los denominados “búnkeres”, que son “una
construcción hecha de hierro y concreto utilizado por lo general en las guerras como
protección” (Bringas, 2016). Y en la actualidad muchos de ellos, los que albergaban las
citadas baterías de artillería, están en desuso, cuando son destinos con potencial turístico, ya
sea para la práctica de turismo militar, o de cualquier otro tipo; inclusive, histórico cultural.
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Pero resulta ser que además de los búnkeres que albergaron las diferentes baterías
señaladas anteriormente, existían otros fuera de dichas instalaciones, siendo los siguientes:
El búnker de Quarry Heights, a lo interno del Cerro Ancón, diseñado para soportar
supuestos ataques nucleares (Bringas, 2016); actualmente es la sede del Consejo de
Seguridad, la cual es una oficina adscrita al Ministerio de la Presidencia de la
República de Panamá.
El búnker de Mount Hope o Monte Esperanza, en Colón, del cual no se tiene
información actualizada, pero está abandonado.
El búnker ubicado en el actual parque natural metropolitano, ciudad de Panamá, el
cual se dice que “…en su momento fue utilizado como taller y en él, se probaban
diferentes motores de avión los cuales fueron utilizados en la segunda guerra
(Bringas, 2016).
Y el más recientemente descubierto en la rivera este del Canal, lado pacífico, cerca
del campo de antenas, sin nombrar, descubierto recientemente en los terrenos
cercanos a la construcción de la ciudad hospitalaria por la vía Centenario
(Mosaico, 2014), el cual tuvo un desafortunado desenlace, como un ejemplo de la
inconciencia de la que también puede ser parte la empresa privada, no solo el Estado.
Ahora, ¿qué es el turismo militar? Esta es una tipología de turismo en la cual “…las
personas pueden experimentar el uso de las tecnologías militares, y para su información no
es una nueva tendencia, es una práctica que se realiza desde hace mucho tiempo en distintas
partes del mundo” (Redacción Turismo Global, 2019), pero por su exoticidad es solo
practicada por personas, o muy adineradas, o curiosas de la historia de los lugares adonde lo
practique. Y en Panamá, es posible practicar este turismo. Y estas son las palabras del
interesado en desarrollar este tipo de turismo a través de circuitos turísticos de índole
histórico, Paolo Sanfilippo, así mismo identificado como “guía turístico militar” en Panamá,
quien afirma que “Hay gente muy interesada en conocer sitios como estos, es un mercado
que se puede explotar” (Mosaico, Turismo militar en Panamá, 2014).
La esperanza de este guía autodidacta en la historia militar norteamericana en
Panamá, se reafirma cuando en el año 2016, la sociedad norteamericana “Coastal Defence
Study Group”, organización “formada para promover el estudio de la historia, arquitectura y
tecnología de las defensas y fortificaciones costeras, sobre todo las levantadas por Estados
Unidos” (Mosaico, Legado no reconocido, 2014), visitó Panamá para conocer de cerca las
infraestructuras militares de sus connacionales, “…Sanfilippo supo que el turismo alrededor
de la historia de los antiguos fuertes militares era posible”. … “se está perdiendo la
oportunidad de aprovechar las viejas estructuras militares desde diferentes frentes” (Mosaico,
Legado no reconocido, 2014).
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De por sí, estas infraestructuras “No son los destinos más populares. De hecho, no es
sencillo llegar a ellos. Ni siquiera están acondicionados para recibir visitas. Pero los viejos
fuertes o bases militares del Canal de Panamá tienen algo que atrae la atención de las
personas” (Guevara, 2016).
Otro panameño interesado en la conservación y explicación de estas antiguas
instalaciones militares, es el ex militar de carrera panameño Luis Puleio, quien algunas veces
trabaja junto con Sanfilippo en giras a través de las ruinas de estos búnkeres copadas por la
selva. Acota el ex militar que “lamenta que estén abandonados, tomados por la vegetación o
convertidos en depósitos de basura y chatarra” (Guevara, 2016).
Añade Sanfilippo que muchas de estas fortificaciones “…fueron incluidas en
diferentes concesiones y la mayor parte de ellas se encuentra en abandono y/o tomadas por
la selva.” Es un potencial histórico y turístico que se está desaprovechando” (Guevara,
2016), según palabras de Sanfilippo, quien tiene que solicitar un permiso previo a estos
“inversionistas” para poder llegar a estas instalaciones para sus estudios, o sus giras.
Si se repasa, por cada uno de los fuertes antes señalados, qué iniciativas se ha tenido
para su conservación, o explotación turística, no se tiene ninguna iniciativa por parte del
Estado panameño. Por ejemplo, al Instituto Nacional de Cultura se le consultó que, si por su
pasado histórico, las antiguas bases podrían a futuro ser consideradas como patrimonio
nacional, (Guevara, 2016), a la edición de esta cita referencial, la institución -ahora
“Ministerio”-, no había dado respuesta.
En el caso de Fort Sherman, en Colón, casi todas las instalaciones están abandonadas;
al punto que, para visitar sus antiguas baterías de artillería, después de un permiso previo,
hay que sacar un GPS para poder localizarlas, ya que “La selva ha cobrado lo suyo y el
camino se hace difícil” para poder vislumbrarlas (Gómez, 2016), tal como se ve en la
siguiente figura:
Figura 2. Vista de la Battery Mower, en Fort Sherman, año 2016.
Fuente: Gómez, 2016. https://www.revistapanorama.com/
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En resumen, el Fuerte Sherman, espacio al que se le ha visto potencial turístico, aún
no ha encontrado compradores interesados” (Arjona , 2013).
Algunas de las baterías localizadas en las islas de la “calzada de Amador” (antiguo
Fort Grant, lado Pacífico), dependiendo de la isla, no sufrieron la desdichada suerte que las
de Sherman. La batería localizada en Isla Culebra, a finales de siglo pasado, fue utilizada
como un acuario temporal, antes de la iniciativa de la construcción del Museo de la
Biodiversidad. Las baterías que estaban en la base de la colina de la isla Flamenco, a inicios
de siglo, fueron habilitadas para allí albergar restaurantes, bares y discotecas con un enfoque
turístico, hasta algunas tiendas de suvenires; pero años después, cuando se permitieron en los
edificios adyacentes al Centro de Convenciones Figali albergar más centros de diversión
nocturna (casi a la entrada de la Calzada de Amador), los que estaban en Isla Flamenco se
mudaron a esta nueva localidad, por lo que no se volvieron a relocalizar dichos espacios,
estando en estos momentos abandonados, …pero habilitados. Lo anterior lo valida la
periodista Arjona (2013) cuando aduce que “...Amador no ha sido desarrollado en su
totalidad y algunas instalaciones en ruinas esperan por un futuro”.
Y el más reciente de los descubrimientos, el búnker encontrado en enero del año 2014
a orillas de la vía Centenario, “Durante las excavaciones que se realizan en Chivo Chivo para
la construcción de la futura Ciudad Hospitalaria” (Redacción La Estrella, 2014) que data de
la época del ataque a Pearl Harbor, a inicios del año 2016 quedó reducido a nada. Tal como
así lo afirmaba un artículo periodístico de la época, “Alrededor de 74 años de historia fueron
destruidos por maquinaria pesada a comienzos de marzo pasado, en un terreno ubicado a
pocos metros de las esclusas de Miraflores y que ahora pertenece a la sociedad North
Properties” (Prieto-Barreiro, 2016). Pero curiosamente, este mismo artículo resaltaba que en
el año en el que se descubrió dicho búnker, al preguntársele al presidente de North Properties,
Jack Silvera, sobre si lo mantendría, el mismo expresó que “vamos a tratar de mantenerlo
como parte del proyecto” (Prieto-Barreiro, 2016).
Solamente existe una iniciativa en pie, por parte de la sociedad administradora de la
zona residencial y logística Panamá-Pacífico, en los terrenos que antes ocuparon la base aérea
de Howard y parte de los terrenos de Fort Kobbe, quienes tienen como proyecto rehabilitar
la antigua Battery Murray” para en ella realizar eventos y actividades para todo público,
rehabilitando también el camino hacia la cima de la colina que la cubre, como espacio de
actividades al aire libre (Panama Pacifico, 2019).
No se conoce de iniciativa alguna para el aprovechamiento de las baterías del antiguo
Fort Randolph, actualmente abandonadas y copadas por la vegetación producto de falta de
mantenimiento. Y en cuanto a la batería Murray, al lado del Hotel Washington en plena
ciudad de Colón, su ubicación pertenece a la Zona Libre de Colón (aunque no está dentro de
la misma zona franca), pero no se tiene conocimiento de planes algunos para su restauración
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por completo (Heckadon, 2014). Solo es un sitio de paso de turistas llevados por taxistas de
la ciudad de Colón.
CONCLUSIONES
Como se ha podido observar, no existen iniciativas estatales, y son pocas las privadas,
sobre todo por parte de personas naturales, quienes están dispuestas, y hasta participan
directamente, en querer explotar un recurso tan potencialmente turístico que pocos países
poseen, como lo son instalaciones de antiguas bases militares de gigantescas infraestructuras
construidas por otros países, de otras culturas, en el propio de quien las tiene. A pesar de la
experiencia histórica, con sus sentimientos encontrados, que pudiera tener la República de
Panamá como estado soberano, por la ocupación de dichas bases militares por un poco menos
de cien años, hoy en a, pueden ser perfectamente aprovechadas dichas instalaciones para
generar un tipo de turismo propio de turistas que pueden generan mucho ingreso a la
economía panameña, y curiosamente, de manera sostenible.
Lamentablemente, con el pasar de diferentes gobiernos, sin importar sus ideologías,
no se observan iniciativas en el desarrollo del turismo receptivo en Panamá, empezando por
utilizar, prioritariamente, su propio patrimonio, como lo son, en este caso, las antiguas bases
militares norteamericanas.
Si se tuvieran iniciativas gubernamentales, en conjunto con la inversión privada, y
por qué no, propiamente panameñas, para la restauración de los enigmáticos búnkeres
construidos por los militares norteamericanos (muchas veces tan secretos para los mismos
panameños), como una manera de decirle al mundo, cómo operaban dichas infraestructuras,
y a la vez, en algunos casos creativos, convertirlos en espacios culturales, como museos,
teatros, auditorios, o hasta espacios de esparcimiento nocturno (como ya se experimentó en
uno de los antiguos búnkeres de isla Flamenco), se estaría dinamizando la economía del país,
tan solo con voluntad y conciencia turística; y reafirmaría, tanto histórica como
culturalmente, la denominada “Marca país”, la cual tanto menciona la Autoridad de Turismo
de Panamá, para atraer al turista extranjero y las inversiones extranjeras.
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