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La juventud puede definirse de distintas maneras dependiendo del contexto en el que
se desarrolle. De acuerdo con las Naciones Unidas, no existe una definición universalmente
aceptada de este término; sin embargo, para fines estadísticos se considera que los jóvenes
son aquellas personas que tienen entre 15 y 24 años; lo que ubica a las personas menores de
15 años como “niños” y a los mayores de 24 años como adultos. Algunos países consideran
que la juventud finaliza al obtener derechos ciudadanos, lo cual normalmente ocurre a los 18
años. Es imprescindible mencionar que la juventud es un estado en el que intervienen
múltiples variables, por lo cual más allá de un número, depende de factores sociales,
económicos, políticos y culturales (Naciones Unidas, s.f.).
Los principales cambios que notar en la transición de la juventud a la adultez pasan
de ser inherentes, observables y clasificables a depender de las tareas que realiza el adulto y
las diferentes motivaciones y caminos que toma producto de su historia de vida y de las
oportunidades presentadas (Arciniega, 2005). Esto hace que el estudio de la adultez requiera
una aproximación distinta y especializada, tomando en cuenta realidades específicas en
cuanto a lo económico, lo geográfico, generacional y, en el caso del trabajo, en los distintos
tipos actividad laboral existentes.
A pesar de las diferencias que encontramos en la adultez, al dividir generacionalmente
a los adultos de la actualidad, es posible mencionar algunas características que distinguen a
los jóvenes de hoy y que tienen un impacto importante en su relación con el ambiente laboral.
Como elemento de mayor relevancia es posible observar que los jóvenes que trabajan
presentan afinidad con la gestión de elementos tecnológicos sin tener una especialización
formal, lo que los coloca en ventaja en un mundo laboral que ya presenta procedimientos
automatizados en la mayoría de los sectores (Novella, Repetto, Robino y Rucci, 2018).
Por otro lado, en la actualidad se observa la tendencia que tienen los jóvenes de
trascender a objetivos personales más allá de los deberes manifiestos y de tradiciones
familiares o históricas que no contienen un significado acorde a sus creencias personales. Es
por esta razón que la juventud, si bien busca obtener remuneración económica, no espera
lograrlo a partir del trabajo en sí mismo, sino a partir del valor que puedan agregar a una
comunidad de trabajadores y el valor que una institución/empresa pueda aportar a su esquema