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esos patrones de interacción a los cuales estábamos acostumbrado? ¿De qué forma los
cambios de la vida en sociedad por una vida más sedentaria producto del confinamiento ha
acercado a grupos humanos que viven en comunidades mucho más pequeñas y con menos
población que en la ciudad? ¿Cuáles son los nuevos patrones culturales, y de interacción que
se han generado? ¿Marcara esto las nuevas formas de interacción en un mundo posterior a la
pandemia? ¿Podrían los tejidos comunitarios debilitarse con esta pandemia? ¿Cuáles han sido
las variaciones en la dieta por el COVID-19?
Son algunas de las interrogantes que surgen y que nos permitirán en un proceso más
avanzado de la investigación develar si las hipótesis que sustentaban al principio la
investigación estaban bien fundamentadas o por el contrario la evidencia indica o devela
otros detalles del entramado social que aporta nuevas conclusiones a la investigación.
Este tema merece ser abordado ya que permite entender la pandemia desde la antropología
médica, y como esta ha contribuido o no al desarrollo de lazos comunitarios, cambios de
costumbres, hábitos, pautas alimentarias y como estas han influido en el pensamiento de las
personas y a su vez como ellas piensan la pandemia.
Cuando Byron Good cuestiona el papel y como es entendida la enfermedad desde la
biomedicina, se entiende que cuestiona el que la parte semántica, cultural de la enfermedad
no esté inmersa en ese proceso y la importancia que tiene en el desarrollo de la antropología
médica ambas perspectivas.
Tanto la biomedicina como la medicina popular han experimentado avances y
desarrollos, pero también modificaciones, hay que entender que en algunas ocasiones ambos
saberes se mezclan. Este proceso de salud, enfermedad y atención de alguna u otra manera
son universales y operan estructuralmente en toda sociedad.
Todos estos procesos forman parte de la cotidianidad, los mismos son recurrentes,
inevitables y continuos en todas las sociedades, actuales o pasadas.
Todas las respuestas que como seres humanos damos a estos procesos forman parte
de nuestra cotidianidad, además de eso forman parte de la estructura necesaria para la
producción y reproducción de cualquier sociedad. Las respuestas que como sociedad demos
a esta pandemia forman parte de esa misma estructura.
Como se enfrente la pandemia y su desarrollo irá influyendo en la vida cotidiana de
la población y en esos patrones culturales que mencionamos al principio. Enfermar, morir y
atender la enfermedad y la muerte debe ser pensado como proceso que no solo están definidos
a partir de instituciones, sino que deben ser vistos como hechos sociales, y como tal, necesitan
construir acciones, técnicas e ideologías, de los cuales algunos se organizan
profesionalmente. De allí que en la actualidad se tenga un sin número de expertos tanto en
materia de salud como de las ciencias sociales brindando diariamente aportes que permitan
encontrar soluciones a corto, mediano y largo plazo.
Los padecimientos propios de cada sociedad, son recurrentes, cambiantes, los
miembros de determinadas sociedades necesitan buscar respuestas a ellos, y construyen
significados sobre estos padecimientos, por lo que se constituyen como uno de los ejes
principales de construcción de significados colectivos que se puedan referir al proceso en sí