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ENSAYO
Algunos elementos básicos sobre la relación la marginalidad, espacio
urbano y capital
Some basic elements about the relationship between marginality, urban space
and capital
Samuel Alberto Pinto López
Universidad de Panamá. Panamá.
samuel.pinto@up.ac.pa
https://orcid.org/0009-0007-3502-3383
Recibido: 20/5/24 Aceptado: 08/7/24
DOI https://doi.org/10.48204/j.cnacionales.n35.a5327
Resumen
En este ensayo se introduce el concepto de espacio urbano como construcción social,
producto de las relaciones sociales del capital. Ese espacio social intencional que reproduce
las complejidades sociales del poder. Estos espacios representan en el mercado las
valorizaciones del capital en cuanto a la categoría de análisis: mercancía en sus dimensiones
de valor de uso y valor de cambio.
Palabras clave: espacio urbano, producción social del espacio, marginalidad, capital,
mercancía, valor de uso, valor de cambio.
Abstract
This essay introduces the concept of urban space as a social construction, a product of the
social relations of capital. That intentional social space that reproduces the social
complexities of power. These spaces represent in the market the valuations of capital in terms
of the category of analysis: merchandise in its dimensions of use value and exchange value.
Keywords: urban space, social production of space, marginality, capital, merchandise, use
value, exchange value.
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LA PRODUCCION SOCIAL DEL ESPACIO
La categoría de espacio geográfico tiene connotaciones que hacen muy compleja su
aplicación y definición. El hecho de concebir el espacio como una configuración o lugar en
donde se asientan seres humanos o lugar en que se encuentran estructuras físicas expresa una
reflexión empírico simplista, desde el cual no se logra comprender la dialéctica de las
relaciones sociales, procesos de producción y desarrollo que expresan los espacios. La
expresión de este concepto debe constituirse en procesos y formas de relación social, y no es
solamente un receptáculo de relaciones sociales. “El espacio social es un producto de la
sociedad, consecuencia del trabajo y de la división del trabajo; un instrumento, un medio,
una mediación. El espacio viene a ser un instrumento político intencionalmente manipulado,
incluso si la intención se oculta bajos las apariencias coherentes de la figura espacial. Es un
procedimiento en manos de alguien un individuo o colectividad, un estado, un grupo
dominante; o un grupo que puede en ciertas ocasiones representar a la sociedad global y
tener sus objetivos propios. (Lefebvre 1976: 30,31). Es decir que el espacio contiene en su
forma geométrica visible relaciones sociales de poder, subalternas, de dominación,
explotación y de mercado.
Lefebvre parte de la filosofía para iniciar una crítica radical del estudio de lo urbano y de la
sociedad, en particular, la oposición -valor de uso- (la ciudad y la vida urbana, el tiempo
urbano) y -valor de cambio- (los espacios comprados y vendidos, el consumo de productos,
bienes, lugares y signos) aparece reiteradamente en sus obras:
1. Mostró que es posible el uso de categorías económicas tales como inversión de
capital, ganancia, renta, salarios, explotación de clase y desarrollo desigual en el
análisis de las ciudades. El proceso de desarrollo urbano es en gran medida producto
del sistema capitalista como cualquier otra cosa, como -la producción de zapatos-,
por ejemplo.
2. Introdujo la idea de circuitos de capital y, particularmente, la noción de bienes raíces
como un circuito de capital separado. La actividad industrial es el “circuito primario
de capital” y los bienes raíces el “circuito secundario de capital”. La inversión en
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suelo urbano no sólo es un importante medio para la adquisición de riqueza sino
también para determinar la dirección del crecimiento urbano y la forma de la ciudad.
3. Las actividades sociales no sólo se refieren a la interacción entre los individuos, sino
a la creación del espacio urbano al crear objetos. El proceso de creación de una
ciudad, por ejemplo, involucra la producción de un cierto espacio. Aunque a veces
una ciudad nos recuerda a otra, cada ciudad tiene sus propios atributos espaciales
creados. El espacio es dual. El espacio condiciona nuestra conducta y ella, a su vez,
modifica el espacio urbano.
4. El estado, el gobierno, usa el espacio de distintas maneras: a) para atender
adecuadamente las demandas sociales o responder rápidamente a situaciones de
tensión social (delegaciones de policía, bomberos, servicios de salud), b) para el
control y administración de los recursos (i. e., regionalización o sectorización de áreas
para asignar recursos de apoyo a la pobreza).
Es el espacio es una construcción social, en donde las relaciones sociales requieren para su
realización de soportes físicos, que son constitutivamente espaciales. Lefevre establece una
clara distinción entre la producción y creación del espacio, señala que solamente la naturaleza
crea y solo los seres humanos producimos y consumimos el espacio social.
LAS FORMAS SOCIALES DEFINEN EL ESPACIO URBANO
El espacio social es producido y reproducido en concordancia con las relaciones sociales de
producción. El análisis del espacio social que no haga énfasis en la producción social del
espacio y las relaciones sociales de producción es un planteamiento conceptual incompleto.
De esta forma la producción social del espacio no sucede en un vació, sino que se establece
en un determinado contexto del desarrollo de las fuerzas productivas. Por ello las diferentes
formaciones sociales, producen distintas configuraciones espaciales de acuerdo con el
desarrollo de las fuerzas productivas y las necesidades que plantea la reproducción del
capital.
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La explicación de esta relación dialéctica entre espacio y relaciones sociales de producción
facilita captar la complejidad de procesos que suceden en las ciudades y su dinámica tiende
a mantener con otros espacios. La vinculación entre el concepto espacio y relaciones sociales
es el que da sentido a la concepción de producción social del espacio, en la medida de que
estas relaciones sociales son derivadas del desarrollo del desarrollo de las fuerzas productivas
en el capitalismo. Y son las que determinan las necesidades sociales de construcción del
espacio en términos de infraestructuras. Así la producción social del espacio es fundamental
para la sobrevivencia del sistema capitalista. “Las contradicciones del espacio no son
producto de su forma racional tal como se desprende de las matemáticas; son producto del
contenido práctico y social, y más específicamente del contenido capitalista. Efectivamente,
ese espacio de la sociedad capitalista pretende ser racional, cuando, de hecho en la práctica,
esta comercializado, desmigajado, y vendido (Lefebvre 1976: 42).
De acuerdo con lo expuesto, la producción social del espacio no implica solamente
infraestructuras, construcción de obras, sino lleva implícita una correspondencia de
relaciones sociales de producción. El espacio socialmente producido, es también un producto
de consumo, por lo tanto se constituye en una mercancía y teniendo esta particularidad
dicotómica: valor de uso y valor de cambio, por cuanto el suelo urbano adquiere esta función
dictada por las políticas de mercado del suelo urbano. Considerar la categoría de valor dentro
de las explicaciones en el espacio socialmente producido, es imprescindible. “Según el autor
Neill Smith, “los seres humanos no vivimos ni trabajamos en el espacio, sino por el hecho
de vivir y trabajar producimos el espacio. En otras palabras, el espacio no es un contenedor
de relaciones sociales, sino que lo producimos mediante la actividad humana” (Olivares
2006:38).
Pudiéramos expresar que la lógica que subyace en el uso social del espacio no está en función
de las necesidades humanas, sino en la racionalidad del capital. Así el espacio en el cual se
establece la ciudad proyecta una totalidad social dialéctica.
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LA TEORÍA DEL VALOR Y LA CUESTIÓN DEL ESPACIO URBANO
Ya hemos visto como las formas urbanas son producto de las relaciones sociales que genera
la lógica del capital en el mercado del suelo urbano; sin embargo, es necesario caracterizar
la producción del espacio. “Entendiendo por producción del espacio al conjunto del proceso
que determina la articulación concreta de elementos materiales sobre un espacio dado. Más
concretamente, a la determinación de la organización con respecto al espacio, de los
individuos y grupos, de los medios de trabajo, de las funciones, de las actividades, etc.”.
Para la comprensión de la producción del espacio es necesario adentrarnos en la teoría del
valor de Marx. El proceso de donde salieron la propiedad privada burguesa, el obrero
asalariado, el capitalista, y la ciudad moderna tuvo como punto de partida el
desmantelamiento de la propiedad señorial, el despojo de la pequeña tenencia campesina
avasallada y de los territorios comunales para convertir la tierra en un artículo puramente
comercial y extender la zona de las grandes explotaciones agrícolas. Emerge así la propiedad
privada burguesa sobre los medios de producción, especialmente sobre la tierra, como
accesoria ya no sólo a su valor de uso sino a su valor de cambio, y como medio de
acumulación.
Para él, el valor de uso y valor de cambio no poseen significados algunos, si se tratan por
separado. Como una forma característica de Marx, estos dos conceptos para entenderlos es
necesario relacionarlos dialécticamente, estos significados cobran vida sólo si está
relacionados uno con el otro.
Para el sociólogo clásico alemán, todo artículo en una sociedad capitalista tiene dos aspectos
importantes: el valor de uso y el valor de cambio. El primero solo tiene significado en la
esfera del consumo, por lo tanto, su significado siempre coincide con su existencia natural,
y el segundo, es una relación cuantitativa en los valores de uso son intercambiables en el
mercado. A esto último, Marx establece, que la creación del valor de cambio es el producto
de aplicar trabajo a los objetos de la naturaleza para producir objetos materiales
intercambiables (mercancías) aptos para el consumo (valor de uso).
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Hasta aquí hemos considerado desde el doble punto de vista de valor de uso y de valor de
cambio, unilateralmente cada vez. Pero como mercancía, es inmediatamente unidad de valor
de uso y de valor de cambio, al mismo tiempo no es mercancía más que en relación con las
demás mercancías. “La relación real de una mercancía con otras es su proceso de cambio.
Este último es un proceso social en el que intervienen individuos independientes unos de
otros, pero lo hacen únicamente en su calidad de poseedores de mercancía” (Marx, 1966:
63).
Ya como hemos dicho que la técnica de Marx consiste en poner en relación dialéctica, a
través de los valores que ambos asumen en la mercancía, por extensión podemos decir, que
para él, la mercancía es más que un simple objeto, comprende todo el cúmulo de relaciones
sociales en que ésta es producida y consumida.
En la lógica de mercado capitalista, el suelo es una mercancía, esta mercancía tiene
características especiales, y por tanto, los significados de valor de uso y valor de cambio van
a tener ciertas peculiaridades. Entre estas características tenemos:
1. El suelo y sus mejoras tienen una localización fija. No se puede ser trasladado de un
lugar a otro. En la mayoría de los casos, salvo algunas excepciones
2. El suelo y sus mejoras son mercancías de las que ninguna persona puede prescindir.
3. El suelo y sus mejoras cambian de mano con relativa infrecuencia, de propiedad,
tenencia, posesión o dominio
4. El suelo es permanente y el porvenir de sus mejoras es frecuentemente considerable.
Por lo tanto, el suelo y sus mejoras son una excelente oportunidad para almacenar o
acumular riqueza. El suelo tiene la peculiaridad de que no requiere mantenimiento
para continuar poseyendo su potencial de uso.
5. El cambio en el mercado se produce en un tiempo muy corto, mientras que el uso se
extiende a lo largo de un período de tiempo.
Marx considera que la renta es algo que puede surgir de diferentes modos dependiendo del
tipo de condición, sin embargo, algo común en todas las situaciones en que pude surgir una
renta es la propiedad privada de la tierra. “La propiedad territorial presupone el monopolio
de ciertas personas que les da el derecho de disponer de determinadas porciones del planeta
como esferas privativas de su voluntad privada, con la exclusión de todos los derechos.
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Partiendo de esto, se trata de explotar el valor económico, es decir, de valorizar este
monopolio sobre la base del modo de producción capitalista” (Marx, 1960, 591).
El clásico se esfuerza en determinar cómo en cada modo de producción surgen los distintos
tipos de rentas, pero pone especial atención a las rentas en el modo de producción capitalista.
Aquí detecta tres tipos de renta:
LA RENTA MONOPOLISTA:
Surge porque es posible que los propietarios puedan fijar un precio monopolista que se
determina exclusivamente por la apetencia de compra y la capacidad de pago. La facultad de
los propietarios de fijar un precio monopolista les da la posibilidad de la obtención de una
renta.
La tierra puede ser monopolizada individualmente, un dominio sobre la regularización del
suelo. Dirige y controla la plusvalía sobre ese espacio. Pudiera concebirse como ciertos
espacios urbanos que ha sido clasificados por su estatus, su precio se mantiene, su valor está
dado por el monopolio establecido del valor de ese mercado del suelo. El cual puede estar
dado por la explotación del mismo por prestigio que ha sido impuesto por una clase social.
Algunos ejemplos que pudieran observarse en la ciudad de Panamá están: Residenciales en
Costa del Este, Coco del Mar, Paitilla, Clayton, Albrook etc.
LA RENTA DIFERENCIAL
En palabras de Marx “estas surgen simplemente de la diferencia entre el precio individual de
la producción de las mercancías de este capital concreto y el precio general de producción
que regula los precios comerciales de las mercancías producidas por el capital de esta rama
de producción en su conjunto (Marx, 1966, 598). La renta diferencial no entra en el costo de
producción o el precio de los artículos, porque surge simplemente de las ganancias que ciertos
proveedores obtienen en virtud de su posición ventajosa. Estas ganancias pueden ir a parar a
los bolsillos de los propietarios en forma de renta.
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Pudiéramos observar ciertos espacios urbanos con esta característica en la Ciudad de Panamá
como los suelos articulados a particularidades que la dan ventajas y exclusividad sobre otros,
suelos urbanos como ejemplo los espacios urbanos del Casco Antiguo, otros en cercanías al
mar como Costa del Este, Avenida balboa se constituyen en un espacio con diferencias
naturales o contenidas sobre el suelo a partir de la particularidad de ser espacios privilegiados
y revalorizados por el mercado del suelo urbano. Es decir, se constituye en un factor de
plusvalía del suelo urbano. La renta que se genera a partir de un elemento en muchos casos
natural de posición geográfica frente a otros suelos en desventajas.
LA RENTA ABSOLUTA
Se distingue de la renta monopolista, porque ella puede dar lugar, o no, a un precio de
monopolio, mientras que un precio de monopolio es independientemente de la forma,
siempre va a producir una renta monopolista. Marx argumenta que el valor de los productos
agrícolas pude ser más alto que precio si se invierte más dinero en salario en proporción al
capital constante, en comparación con la proporción entre salario y capital constante en otras
esferas de la producción. En estas condiciones se puede extraer una mayor cantidad de
plusvalía de la agricultura en comparación con las otras esferas de la producción. Esta
condición es necesaria para la existencia de la plusvalía absoluta, pero esta solo se puede
generalizar si existe barrera para los índices de beneficios entre las diferentes esferas de la
producción.
Es decir, en términos actuales en los suelos urbanos esta renta está fijada a suelos marginales
es decir suelos o terrenos normales cuya plusvalía no va a depender de las mejoras o posición
exclusivas de los terrenos, sino que su ganancia es la ganancia normal de todo terreno en un
mercado de suelo urbano. Un terreno que no tiene vista frente al mar, un terreno que esta una
posición no privilegiada frente a otros.
Para Marx el capitalismo no puede eliminar la propiedad privada, porque su propia existencia
se basa en la propiedad privada de los medios de producción, por lo tanto, se ve obligado a
pagar un impuesto (rente) sobre la persona que se proclame dueño de un espacio, obviamente
este impuesto se le adhiere al precio de las mercancías.
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Lo impresionante del análisis de Marx es como divide unas cosas que aparentemente es
homogénea y la descompone en distintas partes, y que luego relaciona con la estructura
social. Los niveles de renta son atribuidos a la escasez de tierras, en comparación con otros
medios de producción, pero la escasez está socialmente determinada a través de la institución
de la propiedad privada. Por eso Lefebvre afirma “el espacio viene a ser un instrumento
político intencionalmente manipulado, incluso si la intención se oculta bajo las apariencias
coherentes de la figura espacial.
Es un procedimiento en manos de alguien, individuo o colectividad, es decir de un poder de
una clase dominante (de la burguesía) o de un grupo que puede en ciertas ocasiones
representar lo global y en otras tener sus objetivos propios, por ejemplos, tecnócratas …
“Semejante espacio se va poblando atendiendo a los decretos de poder, con cierta
arbitrariedad; en condiciones de instrumento puede ejercer una acción sobre las
poblaciones existentes a saber, las poblaciones históricas” (Lefebvre, 1976: 22).
Al haber una carencia de espacio, por el alto costo del suelo, determinados sectores de la
población van a quedar excluidos de su distribución. Tal como lo expresa Lefebvre el espacio
se va poblando, atendiendo decretos de poder, diríamos aquí que atendiendo a su capacidad
de pago. Generalmente, los emplazamientos del centro de una ciudad poseen los precios más
altos, y por tanto agrupan los grandes negocios y las residencias de los sectores altos, mientras
que hacia las afueras, en los peores emplazamientos, se ubican los sectores populares.
También se pueden detectar en algunas ciudades que el centro presenta, algunos barrios en
proceso de tugurización (barrios que en otros tiempos fueron lugar de asiento de las clases
altas), pero en general los suelos del centro de la ciudad poseen altos costos, sin embargo,
Harvey (1977) afirma que el valor de la renta del suelo en el centro de las ciudades no debe
interpretarse necesariamente como un reflejo de la productividad marginal del suelo. En estos
emplazamientos, las rentas absolutas y monopolistas se incluyen dentro del costo de
producción. No ocurre lo mismo con las rentas diferenciales. Si las rentas absolutas y
monopolistas son las que determinan el valor del suelo en emplazamientos céntricos,
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entonces el valor del suelo el que determina el uso. Sin son las rentas diferenciales las que
predominan, entonces el uso el que determina el valor de suelo. En método para abordar el
problema del espacio no puede constituir únicamente en un método formal, lógico; debe ser
igualmente un método dialéctico que analice las contradicciones del espacio dentro de la
sociedad y de la práctica social (Lefebvre 1976:48,49)
LA CONDICION SOCIAL DE MARGINALIDAD QUE REPRODUCE ESPACIOS
URBANOS (ASENTAMIENTOS INFORMALES)
La marginalidad produce precariedad. Es una condición social que combina una distribución
desigual de la riqueza y la exclusión social de la sociedad, dentro de las relaciones sociales
del capital. Según expone el autor José Nun con respecto a la categoría de análisis “masa
marginal”, la define como aquella población flotante y excedente que no logra incorporarse
al mercado capitalista. Por su condición de marginalidad, bajo nivel de educación, sin
posibilidad de entrar al mercado de trabajo, ya que ni siquiera pertenecen al ejército reserva
de Marx, se convierten en desempleados crónicos, desocupados permanente.
Su relación muchas veces está articulada al asistencialismo estatal y a la informalidad, y
formas delictivas como medio de supervivencia. Esta masa marginal es expulsada a buscar
en el suelo urbano donde el capital todavía no ha capitalizado su lógica de mercado del suelo.
Constituyéndose esta relación social como un mecanismo ontológico de subsistencia a partir
de las viviendas informales dentro de un asentamiento poblacional periférico.
Esta población marginal se constituye en un grupo social expulsado de los centros de
acumulación de capital, víctima de las fuerzas del mercado de trabajo, ocupando espacios no
valorizados por el capital. Esto los empuja y lanza a vivir en zonas marginales de extrema
pobreza, convirtiéndolos en una clase, cuyo círculo vicioso los sitúa en una economía de
pobreza y en una dimensión de subsistencia.
Este tipo de marginalidad está vinculada a la falta de acceso y participación social en el
mercado de trabajo (empleo digno, remunerado, permanente), la falta de acceso a los
servicios básicos (acceso al agua potable permanente, a luz eléctrica, alcantarillado, servicios
higiénicos, buena calidad de transporte, recolección de desechos sólidos etc.) y a la tenencia
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precaria de tierra. Muchas de estas personas que residen en estos espacios urbanos marginales
han sido expulsadas del mercado de trabajo, ya que no poseen cualificaciones que valorice
la acumulación de riqueza para el capital.
Son personas que posiblemente nunca podrán entrar por su condición marginal al mercado
de trabajo estable (formal). Permaneciendo al margen del desarrollo capitalista.
La población marginada y excluida, muchas veces reside en los centros urbanos. Y otras
veces es expulsada a espacios urbanos periféricos por la especulación inmobiliaria capitalista.
Su estatus social está reflejado en el bajo nivel de calidad de vida, ya que las condiciones
sociales en las cuales están inmersos no les permiten tener acceso a buenas viviendas.
Tampoco tienen acceso a infraestructura física, servicios sociales comunitarios (calles,
veredas, sistemas de acueductos, sistema sanitarios-alcantarillado, sistemas de luz eléctrica
y telefonía y sistemas urbanos de transportes, falta de propiedad sobre sus viviendas). Viven
en la informalidad del desarrollo urbano capitalista, son la periferia del desarrollo del capital.
La relación social de estos grupos marginales, según Aníbal Quijano, está: en el conjunto de
actividades económicas que desempeñan los marginados de la cual que forman parte, estas
pueden ser consideradas como un “polo marginal” de la economía capitalista. Podemos
expresar que el polo marginal se constituye por un conjunto de actividades y de relaciones
económicas ante el mercado de trabajo, que se prolongan fragmentariamente. Dado el
proceso de acumulación de capital y la apropiación privada de la producción social, que es
la característica dominante del sistema capitalista, los beneficios que la burguesía obtiene no
llegan a la mano de obra marginada, sino a través de una precaria política de asistencialismo
estatal sin planificación, que subsidia en un mínimo el nivel de sobrevivencia de los
marginales.
Desde el punto de vista de la marginalidad urbana, puede considerarse marginales a aquellos
grupos sociales que son excluidos del sistema, del mercado de trabajo, por la poca de
valorización de la mano de obra, producto de la falta de educación, carente de historial laboral
u ocupacional. Estos grupos muchas veces abandonan las ocupaciones del campo (rurales),
que, al no tener recursos para sobrevivir en sus comunidades, emigran a otras regiones
incorporándose a actividades asalariadas de un nivel de ocupación marginal. ¿Podríamos
entonces preguntarnos?
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1. ¿Qué relación hay entre la falta de acceso al empleo formal y la marginalidad
urbana?
2. ¿Qué relación existe entre la masa marginal y el desarrollo de asentamientos
informales?
3. ¿Cómo el desarrollo urbano capitalista crea fuerza de trabajo desempleada?
4. ¿Cómo la falta de la tenencia de la tierra crea áreas marginales?
Es con el capitalismo que la ciudad se convierte en la forma básica del poblamiento. En este
modo de producción alcanza sus máximas expresiones la estructura social características del
capital.
Esto se debe al hecho de que el capital, en la relación social de producción, no puede
desarrollarse sino poniendo en marcha dos procesos:
1. Despojando a la gran masa de la población de todo otro recurso que no sea su
fuerza de trabajo. Implica la separación de la población de todo tipo de vínculo
social que obstaculice ese despojo.
2. Concentración de grandes masas de trabajadores en determinados lugares: como
mano de obra activa, en función de la producción capitalista, a través del ejercito
industrial reserva, en función del desarrollo urbano capitalista
Todos aquellos que abandonaron las ocupaciones rurales, entre los cuales muchos carecen de
historial ocupacional previo, no tienen otro recurso de sobrevivencia, que desempeñarse en
el nivel marginal, de las ocupaciones asalariadas.
Puede postularse hipotéticamente que, tendencialmente, la población marginada se agrupa en
tres representaciones sociales básicas: dos de ocupación, la pequeña burguesía marginal
(informalidad), proletariado marginal (asalariados con ingresos mínimos); una de población
relativa marginal (desocupados).
La ciudad es el ámbito por excelencia en el cual cristaliza y perdura la desvinculación de los
trabajadores de sus previas vinculaciones sociales.
En todas las sociedades contemporáneas, parece haber existido grupos sociales excluidos de
manera más o menos continua del mercado de trabajo, de ingresos suficientes para tener
acceso a los bienes y servicios sociales. Ahora en cambio, no solamente es visible que este
proceso que abarca a vastos sectores de la población. Este aumento cuantitativo se explica
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no solamente por el crecimiento demográfico, sino porque en cada una de las ramas y sectores
de la actividad económica, se está excluyendo cada vez mayores contingentes de población
de su mercado de trabajo y sus ingresos. Es interesante notar, que lo que expulsa el mercado
de trabajo muchas veces no es nuevamente absorbido.
Esta mano de obra marginada se concentra en las ciudades, por su condición social, se refugia
en las áreas residenciales más deprimidas, conocidas como: las barriadas, favelas, villa
miserias, cantegriles, rancherías o callampa, no son sino otros tantos fenómenos que ilustran
la marginalidad producto del desarrollo económico capitalista.
David Harvey expresa que la sobreacumulación en un determinado sistema territorial supone
un excedente de trabajo (creciente desempleo) y excedente de capital (expresado como una
sobreabundancia de mercancías en el mercado)
Para Quijano la marginalidad es producto de los cambios en la estructura social,
específicamente en las relaciones entre capital y trabajo asalariado, los que son producidos
por una tendencia de la apoyada en el desarrollo tecnológico que lleva al gradual predominio
del trabajo acumulado sobre el trabajo vivo dentro del capital. Esa particular tenencia del
movimiento del capital implica que una proporción creciente de la fuerza de trabajo queda
sobrante respecto de las necesidades de capital” .
Según el autor José Nun la masa marginal está integrada por siguientes elementos:
a) una parte de mano de obra ocupada por el capital industrial competitivo, pero cuyos
bajos salarios le impiden tener acceso a servicios básicos.
b) la mayoría de los desocupados.
c) los vendedores ambulantes.
Para Harvey el capitalismo al erigirse como producción dominante tiende a destruir todas las
instituciones del modo de producción preexistente o, también, conservar algunas para su
funcionamiento. Este último caso es el de la propiedad privada, ya que el capitalismo se basa
en la propiedad privada de los medios de producción no puede destruir esta institución y se
ve obligado a pagar un impuesto sobre el espacio quien se propone como poseedor de él. Este
impuesto recibe el nombre de renta. La renta está basada en la capacidad de pago de los
grupos urbanos, se tiende a producir una división social del espacio. Es decir ciertos grupos
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con idéntica capacidad de pago tienden a agruparse en determinados espacios dentro de la
ciudad. Así se tienen a producir áreas homogéneas que cuentan con todos los servicios
básicos eficientes, con planificación y ocupación de las mejores áreas, mientras que existen
áreas carentes de estos servicios y de planificación, pues muchos son productos de
ocupaciones espontáneas. Estas áreas se les dan el nombre de asentamientos marginales.
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