Cada vez son más las mujeres que utilizan el sentido político del cuerpo en una doble dirección: como encarnación de la violencia (herramienta de denuncia) y como territorio en emancipación de las moralidades corporales y sexuales a las que se ha relegado lo femenino. Este uso va desde la aberración a la tiranía que se ejerce sobre las mujeres hasta el cambio de paradigma que ha propuesto que la sexualidad de las mujeres no puede seguir “enclosetada” en la “Narnia moral” de quienes asumen el control de reglas eróticas, sexuales y corporales para ellas. A la luz de estas dos paradigmáticas connotaciones difundidas con furor en el siglo XX, se discutirán algunas estrategias del movimiento de mujeres del siglo XXI para continuar posicionando la agenda por la igualdad en el marco del fenómeno de la globalización y la era digital instaurados. En este sentido, de manera general, retomaremos dos aspectos: la relación de sentidos políticos entre el cuerpo y el performance feminista y, algunas ideas sobre la igualdad.