Los procesos antrópicos que provocan la fragmentación del bosque, han sido muy evidentes en el sector conocido como “Tapón de Chilamate” en el Corredor Biológico San Juan-La Selva (CBSS). La vulnerabilidad de este ecosistema ha provocado que solamente quede un remanente boscoso capaz de proveer conectividad en dicho paisaje. Ante ese fenómeno deben buscarse herramientas integrales para restablecer la conectividad en el sector, y que sirva como modelo para todo el CBSS. Se estableció una red estructural de conservación tomando en cuenta los niveles de prioridad de distintos parches boscosos, la fricción que los distintos usos del suelo suponen para la conectividad, así como las características socioeconómicas y la percepción de las comunidades. Esta metodología integral fue realizada a escala detallada (1:25,000), siendo pionero en el trabajo a esta escala para la definición de una red de conectividad.