Cemex es una de las empresas mexicanas más reconocidas en el ámbito empresarial mexicano y, a partir de la crisis del año 2008, se vio obligada a hacer frente a una alta deuda generada por la combinación de múltiples factores producto de un sistema de crecimiento basado en las adquisiciones de competidores a nivel global. Las obligaciones financieras adquiridas reorientaron los esfuerzos en la disminución de su deuda mediante planes de desinversión, de reducción de costos y gastos, así como incrementos agresivos en los precios de sus productos en mercados donde se ostenta como el líder de un mercado de carácter oligopólico, teniendo como consecuencia una pérdida de cuota de mercado a nivel nacional y global.