A partir de la integración del Canal a su economía interna, la República de Panamá ha ingresado a una nueva etapa en su desarrollo, que combina un crecimiento económico sostenido – si bien incierto - con una inequidad social persistente, una degradación ambiental constante y una erosión institucional creciente. Esa etapa expresa, a niveles sin precedentes, la contradicción entre la organización natural del territorio y la organización territorial de la economía y el Estado a partir de la conquista europea en el siglo XVI. En virtud de lo anterior, cabe decir que la sociedad panameña ha ingresado en una etapa de transición en su desarrollo, que puede llevarla a la superación de esa contradicción en el marco de una República próspera y equitativa, o a crecientes conflictos que acentúen los males de un desarrollo centralista autoritario.