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El género, en la especie humana se utilizan las denominaciones de “femenino” para referirse a la mujer y “masculino” para referirnos al hombre; sin embargo, pareciera ser que, en las investigaciones sobre los procesos penales de violencia de género y doméstica, únicamente, existe el género femenino, por el grado de situaciones de vulnerabilidad en las que se expone la mujer, aunado al hecho notorio de que el enfoque de género se tergiversa ubicando a la mujer como única persona en situación de vulnerabilidad social cuando este enfoque debe estar encaminado a la protección de los derechos constitucionales y humanos de todas las personas con iguales oportunidades y garantías procesales que estén o se pongan en esa situación.
Actualmente, en las investigaciones que se llevan a cabo en la sección de Fiscalías Especializadas en Asuntos de Familia y el Menor, adscritas al Ministerio Público de la Procuraduría General de la Nación de la República de Panamá, las denuncias por violencia doméstica y de género son relacionadas al femicidio y a la violencia doméstica enfocada solo a la mujer, por el grado de convergencia de una con la otra. Desde esta perspectiva, podemos sostener que la mayoría de las denuncias por violencia de género son interpuestas únicamente por las mujeres y las de violencia doméstica, en gran medida, también por las mujeres, puesto que para los hombres no existe este grado de proteccionismo legal, porque así no lo contempla la Ley. En este sentido, afirmamos que no existen estadísticas que demuestren el porcentaje de condenas de ningún hombre por violencia de género, mientras que por violencia doméstica sí y son muy sesgadas o parcializadas.
Nuestra investigación es una crítica a la confusión de estos conceptos en la fase de investigación ante el Ministerio Público, dentro de los procesos penales relativos a las personas que tienen una relación de pareja, por motivo del matrimonio que los une. Además, hacemos una breve diferenciación de qué es lo que distingue una denuncia por violencia doméstica y de género con una demanda de trato cruel ante la Jurisdicción de Familia.