La pobreza, el hambre y la desnutrición continúan siendo un enorme dique para alcanzar un verdadero desarrollo económico en muchos países de así central y oriental, así como de América Latina (AL) y el Caribe.
Hace ocho años la Organización de las Naciones Unidas (ONU), estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como un llamamiento universal para ponerle fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que el 2030 toda persona disfrute de paz y prosperidad, de tal manera que se equilibre la sostenibilidad social, económica y ambiental. Son 17 objetivos, de los cuales el segundo objetivo lo constituye lo que se denomina cero hambre.
Cero hambre se traduce en extirpar la prevalencia de la subalimentación, una adecuada nutrición de la población, (consumo de alimentos de calidad adecuada y en forma regular), y por ende en garantizar la seguridad alimentaria. No obstante, el advenimiento de la Pandemia de Covid-19 ha acelerado vertiginosamente el nivel cuantitativo de población que padece hambre.
La subalimentación o el hambre es definido por la a Organización de las Naciones Unidad para la Alimentación y la Agricultura, (FAO) como “Una sensación incomoda o dolorosa causada por un consumo insuficiente de energía alimentaria. Se vuelve crónica cuando la persona no consume una cantidad suficiente de calorías (energía alimentaria) de forma regular para llevar una vida normal, activa y Saludable”.
Dentro de la escala de la inseguridad alimentaria se encuentra la inseguridad alimentaria moderada y grave. La primera de ella se da cuando la persona por falta de recursos, en los últimos 12 meses, tuvo dificultad para llevar una dieta saludable, su capacidad de acceder a alimentos es incierta y ocasionalmente se salta una comida o se queda sin alimentación; la segunda, tiene se define como la situación en que la persona se quedó sin alimentos o estuvo todo el día sin comer varias veces en el año.
El último informe de las Naciones Unidas sobre el estado de la Seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo dejar ver que se está produciendo un retroceso en los esfuerzos por eliminar el hambre y la mal nutrición.