Guadalupe y Guayana forman parte del “ex” imperio francés, en el Caribe y América del Sur. En 1946 fueron “asimilados” a Francia, dejando su estatuto de colonias para entrar en el de “Departamentos Franceses” de América. En teoría, eso significa que “son Francia” en todos los aspectos – administrativos, jurídicos, sociales, territoriales, políticos, infraestructurales, económicos, etc. – con unas variantes o adaptaciones específicas por su distancia a la “Metrópoli”. Si, por un lado, el retraso a nivel social fue en gran parte compensado, con acceso a todos los servicios garantizados por el Estado francés, persisten carencias muy significativas si las comparamos con otras regiones más céntricas de Francia. Por otro lado, estos departamentos no gozan de intercambios económicos facilitados con sus vecinos como Brasil o Dominica, a diferencia de Francia con Suiza o Italia por ejemplo. ¡Si el estatuto de estos territorios ha cambiado, en realidad podremos constatar que una dependencia de tipo colonial está todavía bien viva! En 2009 y 2017, una huelga general estalló respectivamente en Guadalupe y Guayana, bajo una nueva forma reivindicativa en plataforma, juntando sindicatos, partidos políticos, patronato, asociaciones culturales y comunitarias, para exigir mucho más compromiso de parte del Estado en términos sociales y económicos, o incluso frente a la inseguridad. Como lo analizaremos también, estos movimientos se inscriben en la continuidad de luchas anticoloniales y en contra de la esclavitud, que siguen inscritas en la memoria colectiva.