El extractivismo convirtió a la región latinoamericana en un punto de exportación hacia Europa de recursos naturales, como los metales preciosos, facilitando la transformación del sistema económico feudalista al capitalista. Esta situación favoreció el inicio del “sistema-mundo” y la clasificación en países centrales y periféricos, siendo los primeros dominantes frente a los segundos dominados. La zona occidental del país funcionó como una zona de abastecimiento, de importancia secundaria, para la zona de tránsito en los inicios de nuestra historia. Esta situación se modificó con la creación de enclaves bananeros por una compañía transnacional estadounidense a comienzos del siglo XX. Así, la entrada de esta región al sistema-mundo estuvo vinculada al extractivismo agroexportador de monocultivos. Sin embargo, esta afirmación supondría un cuestionamiento debido a la tendencia de proyectar al extractivismo relacionado a la minería y a los megaproyectos hidroeléctricos y de hidrocarburos solamente.