Mediante observadores a bordo de embarcaciones pesqueras artesanales que operan en el Golfo de Chiriquí, se evaluó la incidencia de las líneas verticales, palangres de superficie y fondo y las redes agalleras sobre las tortugas marinas. Los valores más altos de capturas incidentales se produjeron con los palangres de superficie y fondo, seguido por las redes agalleras y las líneas verticales, con las cuales no se capturaron tortugas. Con los palangres se capturaron individuos perteneciente a las especies Chelonia mydas agassizii y Lepidochelys olivacea, y con las redes agalleras, sólo se capturó a Eretmochelys imbricata, asociada a zonas de esteros y manglares, especie que se encuentra en peligro crítico de extinción. En áreas no protegidas, el uso de palangres y redes agalleras, no está controlado, por lo que el Parque Nacional Coiba representa la única localidad del Golfo de Chiriquí, donde no se permite el uso de redes agalleras y del palangre de fondo, y se limita el uso de palangre superficial al noroeste del Parque. Esta situación convierte al Parque en uno de los pocos lugares donde, con una buena política de vigilancia, se puede proteger las especies de tortugas. La captura de la tortuga carey en áreas de manglar y esteros, es un llamado de atención sobre la necesidad de eliminar el uso de redes agalleras en estos ecosistemas, no sólo por el impacto que ocasionan sobre la propia tortuga, si no, sobre la gran cantidad de peces inmaduros, como corvinas y pargos que son capturados.