En la actualidad resulta difícil entender lo que constituye y mueve al pueblo ¿Qué ha cambiado en el escenario político, social y cultural, que complica hoy entender la voluntad popular? El presente artículo se ocupa de este tema y busca entregar una respuesta, importante para el desarrollo de la convivencia democrática. Las grandes transformaciones que experimenta la sociedad moderna, en todos sus ámbitos y, en tiempo real, fractura, conmueve y tensa las estructuras y relaciones sociales, en los que el individuo y los grupos sociales tratan de construir sus trayectorias humanas: unos ganan y otros pierden en la globalización que arrasa con sentidos e identidades tradicionales. Todo ello afecta profundamente la configuración del pueblo. La política sufre también una fuerte desafección que la desperfila y reduce en importancia. El pueblo fragmentado seguirá cambiando en su diversidad, tornando cada vez más compleja la comprensión y convocatoria de la política y de las elites dominantes. Vivimos en un siglo, caracterizado por la emergencia del poder de la información, el conocimiento, la inteligencia artificial, la ciencia y el cambio climático. Simultáneamente, asistimos a la emergencia de una nueva subjetividad humana y movimientos sociales ciudadanos, especialmente femeninos, de trabajadores, étnicos, socioecológicos y globales.