La enseñanza de los idiomas es un proceso que ha tomado diversos enfoques a través del tiempo en la educación; sin embargo, la evaluación se ha mantenido rezagada puesto que todavía se caracteriza por ser tradicional, estandarizada, homogénea y sumativa enfocada en el resultado mas no en el proceso; no obstante, este resultado no da cuenta integral del proceso de aprendizaje. En este sentido, este artículo aborda la evaluación formativa realizando una revisión referente a la evaluación de los idiomas extranjeros, describiendo su evolución y como factores como la ansiedad, la diversidad y la motivación inciden en su desarrollo y aplicación. Se profundiza en la evaluación formativa como practica para el aprendizaje analizando su respuesta a los factores que la afectan al igual que, como fomenta la autonomía, la autorregulación, la autoeficacia, la reflexión y el pensamiento crítico convirtiéndola en una evaluación humanizada y democrática.