Este artículo destaca la profundidad del pensamiento ético del doctor Justo Arosemena, jurista que cultivó otras disciplinas del espíritu a partir del Derecho, rasgo excepcional en los istmeños decimonónicos. Así destacó muy joven la valencia de las ciencias, sociales y humanas a las que denominaba “ciencias sociales y políticas”. El autor exalta su pensamiento crítico, su racionalismo, su ética pragmática, su concepción de la libertad y de la igualdad, la defensa del Estado de Derecho, el bien y el mal, la moral política, las elecciones populares, la diplomacia, el militarismo, el papel de la educación, el sistema penal y el moralismo a la luz de diversas obras y escritos legados por el ilustre polígrafo quien otorgara a la ética y a la moral un lugar honroso en su liberalismo progresivo.