El estado físico en que se encuentra un cadáver presenta señales claras del tiempo que ha transcurrido, y esto asociado a la fauna que él mismo presenta puede ayudar a esclarecer el intervalo postmortem. En “Potrero Seco”, provincia de Chiriquí se descubrió un cadáver en estado avanzado de putrefacción, colonizado por larvas de moscas. Se colectaron las larvas al azar y se colocaron en cámaras de crías para permitir que continuaran su desarrollo en tanto que otras larvas fueron colocadas en alcohol al 70 % para detener su desarrollo. Las larvas más grandes tenían un tamaño de 12.0 mm, y este tamaño fue recuperado en larvas que tenían 168 horas de exposición. Esto se basó en el análisis del tamaño que tenían las larvas al momento que fueron recuperadas del cadáver. De acuerdo con el experimento, la especie que se recuperó del cadáver correspondió a Cochliomyia macellaria y su ciclo de vida demoró 24 a 26 días, desde la fase de huevos hasta la obtención de los ejemplares adultos.