La pandemia generada por el COVID-19 absorbe todos los aspectos de la existencia humana, el derecho y la libertad quedan relegados a la mera estancia de lo incierto, de lo irracional, de lo ilógico. La educación se convierte desde lo colectivo, en un reducto ser individual; el niño con ojos agazapados observa a lo lejos donde están sus sueños, donde están sus maestros, donde están sus amigos. Ello permitió reflexionar sobre lo que ha motivado a la Secretaría de Educación de Boyacá para rescatar en la adversidad una estrategia de estudio en casa para su población rural, que permita mantener en las niñas, niños y jóvenes el amor por la escuela.
Bajo la tradición del pensamiento complejo de Edgar Morin y del enfoque cualitativo, se formuló una ruta de aproximación para comprender la educación rural desde un aislamiento preventivo obligatorio; realidad que somos, nos constituye, y posibilita una nueva manera de concebirla. Se aplicaron entrevistas a directores de instituciones educativas y estudiantes del sector rural, que fueron analizadas siguiendo la metódica del diálogo de saberes, en sus tres niveles: descripción, comprensión y explicación. Se parte entonces de un nuevo supuesto teórico, que invita a repensar el hecho escolar para mantener la motivación hacia el aprendizaje, fortalecer la participación de la familia y el reconocimiento de su entorno; con el firme propósito de generar en los estudiantes un aprendizaje significativo y la construcción de conocimiento autóctono, necesarios para la transformación de la educación rural, no sólo en tiempo de pandemia.