Este artículo propone una mirada reflexiva hacia la educación de alta vulnerabilidad que, con la aparición del Covid-19 y las medidas de confinamiento, no ha hecho más que profundizarse en comunidades caracterizadas por la precariedad material y cultural en toda Latinoamérica, y por ende en Colombia, en donde funcionan grupos escolares como la “Institución Educativa República de Venezuela”, en la que sus docentes, estudiantes y familias han realizado un enorme esfuerzo por adaptarse a una compleja dinámica que no fue planificada. Por ello, se plantea la necesidad de rescatar las prácticas de la educación de emergencia por dos vías, la primera, por medio de la sistematización de experiencias para convertir en capacidades institucionales: acciones, rutinas y estrategias implementadas de manera efectiva en esta pandemia; y, la segunda, por la identificación de desaciertos, para emprender su transformación a través de la Investigación-Acción con el apoyo de todos sus grupos de interés.