San Miguelito es una comunidad enclavada en el corazón de la capital de la República de Panamá. Nació hace 70 años, cuando sus primero pobladores fueron empujados por las necesidades sociales sin lo más elemental para sobrevivir: sin agua, sin luz, sin viviendas (si pudiera así llamársele) forrada con zinc, cartón o madera desechable. Concentra hoy el 10% de la población de la Republica. Allí todavía llegan los migrantes de todos los rincones de país. Es un mosaico de las diferentes expresiones culturales del país y aun refleja las profundas necesidades de los marginados sociales. De esa desventajosa condición social se aprovechan los demagogos políticos. Concentra un alto porcentaje de delincuencia y prostitución, ausencia de un transporte adecuado, desnutrición, alto desempleo y subempleo. En el presente la voracidad del capital inmobiliario ha usurpado terreno y es notable el contraste entre los sectores de la comunidad desposeídos y los habitantes recién llegados. Los últimos son familias profesionales de ingresos económicos medios a altos. El presente escrito trata de explicar las causas de esta tragedia.